El show de Ricky Martin: Ayuso, lentejuelas y cinco cambios de look

Hace algunos días, un vídeo se burlaba de Ricky Martin por estar fuera de forma. O la inteligencia artificial había hecho sus maldades o justo lo pillaron en un mal día. Porque lo de anoche en el Wizink Center fue un verdadero despliegue de baile, carisma y de una voz impoluta. Ricky Martin reivindicó su título de pionero de este furor por la música latina que tiene hipnotizada a Europa recordando sus mejores canciones de los últimos 30 años.

Y no solo bailó como si no pasaran los años, su vigencia también se hizo evidente en sus estilismos. Todo lo que se puso Ricky Martin en el escenario era trendy. Además, sabemos que le interesa el cuidado de su imagen.

"¡Guapo!", le gritaron una y otra vez desde la platea. Elogios que él devolvió con cariño. No paró de tirar besos y de sonreír. Motivos suficientes para enloquecer a su público de toda la vida. Incluso Isabel Díaz- Ayuso, ubicada en una platea VIP, se dejó conquistar por la mirada del artista puertorriqueño.

Ayuso fue bastante sobria en su estilismo, pero las fans de Ricky no tanto. Un verdadero desfile de brillos y lentejuelas colmó el estadio de luces de colores. Repasemos el evento según los looks que eligió Ricky Martin para esta gira:

La apertura del concierto fue a todo ritmo: un enganche de "Pégate" y "María" que marcó las intenciones del show. No había dudas que sería una fiesta. Y para tal fin, Ricky acudió al estilismo más elegante y cool que podía: un traje oversize color negro con la holgura suficiente para moverse por toda la pista con comodidad. Un verdadero acierto.

Es posible que la camiseta ajustada que muestra los tatuajes del brazo no guste a los centennials y ahí la brecha generacional se hace sentir. Pero pongamos foco en las botas texturadas de piel que lució Ricky para cantar "Adrenalina". No solo estilosas sino cómodas y listas para bailarse todo: "La bomba", "Shake your bom-bom", "She Bangs". A estas últimas dos canciones, junto a "Livin' la vida loca" y "La copa de la vida" las cantó en inglés pese a que todas tienen una versión en español, algo que descolocó a muchos espectadores. Sobre todo después de los fuertes cuestionamientos a Shakira por cantar en el entretiempo de la final de la Copa América "Hips don't lie" en vez de elegir un repertorio íntegramente en español dada la audiencia latinoamericana de ese partido. A Ricky, sin embargo, se le perdonó todo. No hubo menos aplausos por este desliz.

Mientras el público vestía la menor cantidad de ropa posible dado el calor madrileño, Ricky salió con una gabardina blanca a escena. No hay verano ni invierno en el escenario. La ropa está para acompañar el espectáculo y en el momento en que se puso este look, Ricky habló por primera vez en la noche con el público madrileño. "Buenas noches, Madrid, ¿como estás?". Gritos. "Va a ser una noche mágica. Ya lo siento. Esta noche mi alma es tuya Madrid, te lo juro. Ustedes son mi amuleto. Fueron mi plataforma para llegar al continente europeo. Son mi combustible, mi energía, mi motivación. Vamos a recordar viejos tiempos. Voy a contar mi historia. Les pido que estemos vulnerables. Es hora de cantar, llorar, bailar. Y esto es lo mejor de mi música". Con esta introducción y con su gabardina ondeando entre el humo y el viento, cantó "Vuelve", canción insignia de uno de sus discos más importantes, de nombre homónimo, que grabó a toda velocidad mientras hacía su primera gira mundial, y que incluye "La copa de la vida", la canción icónica del Mundial de Francia '98 que lo consagró en todo el planeta.

Siguiendo en la línea oversize, con esta túnica con un cuello estilo oriental, Ricky dedicó un momento a cantar sus baladas clásicas: "Te extraño, te olvido y te amo", "Tu recuerdo", "Fuego de noche, nieve de día", "Tal vez" y "A medio sentir". El momento más sensible y vulnerable de la noche concluyó con el cantante mostrando cómo se le habían puesto los pelillos de punta de la emoción por escuchar a todos cantar sus canciones más antiguas.

Fiel a su estilo y ante la ocasión de mostrar sus músculos (contra los haters que critican su cuerpo), Ricky Martin no perdió ocasión de lucirse con una camiseta sin mangas transparente y de tejido platinado para locura de sus fans.

Para el cierre, vaqueros. También holgados. Ricky nunca usó skinny jeans, de manera que no corría el riesgo en este caso de ser condenado por la generación Z, pero ahora que se llevan, se atreve más que nunca a llevar los pantalones lo más anchos posibles. Comodidad y tendencia en una misma prenda. El gran homenaje a su audiencia vino con una proyección de los goles que le dieron el triunfo a la selección española en la Eurocopa, y su canción más cantada: "La copa de la vida". Por último, un guiño político: se ató al vaquero un pañuelo palestino.