Mario Casas: "Me he vuelto más obsesivo y exigente, quizá porque me he hecho mayor"
Entrevistamos en exclusiva a Mario Casas
El actor nos habla de su última película, de cómo ha afectado la pandemia a la industria del cine, de su familia, su "obsesión" con el trabajo y de la histeria colectiva que provocó en sus fans hace unos años
Su trabajo como actor y la relación que mantiene con su familia son los dos cimientos de su vida, esos que le dan la “ilusión” de despertarse cada mañana. Mario Casas es el mayor de cinco hermanos, el primer hijo de unos padres jóvenes que le han dejado equivocarse y le han enseñado a “vivir y volar” cumpliendo sus sueños. El actor se sienta frente a nosotros, más lejos de lo que nos gustaría, para hablarnos de su nuevo proyecto y enseñarnos esa parte de él más reflexiva y madura.
Su carrera en el mundo de la interpretación comenzó cuando tenía 18 años y ahora, con los 34 ya cumplidos, siente que el público le tiene “más respeto” y valora más la evolución que ha logrado en cada una de las películas que protagoniza. Pero no ha sido fácil. Se define como una persona “obsesiva y exigente” - algo que incrementa con el paso del tiempo -, una forma de ser que le ha provocado algún que otro rifirrafe puntual con las personas que le quieren y le rodean, las mismas que le conocen y saben dejarle “el espacio” que necesita en cada momento.
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“Echar toda la carne en el asador” es su forma de mostrar respeto a la profesión y al público que le sigue desde hace quince años. No considera que exista una cara ‘B’ por ser una persona pública. “Yo soy un privilegiado”, responde con firmeza, aunque reconoce que ha tenido momentos en los que ha querido “desaparecer” y en los que tener una vida privada que pasa a ser pública hace que “la mochila pese más de la cuenta”. La ‘histeria colectiva’ que generó durante unos años de su vida fue “una experiencia maravillosa” para él, unos momentos que, afortunadamente, están grabados y piensa enseñarle a sus hijos y a su hermano pequeño, que tiene cinco años. Pero esto ha cambiado. “Me he hecho más mayor”, asegura entre risas.
Ahora estrena una nueva película, 'No matarás' , un proyecto que ha supuesto “un viaje vital” para él y que le ha “tocado de muchas maneras” y le ha hecho “meditar en muchas cosas”. Mario Casas nos habla de cómo ha afectado la pandemia al mundo de la cultura y hace hincapié en que la gente no debe “olvidar” lo que es sentarse delante de una pantalla y disfrutar de la trama. ”Realmente he conseguido evadirme de mi ‘yo’ diario, convertirme en el personaje y no pensar”.
Pregunta: ¿Cómo ha sido para ti toda esta revolución de la pandemia? ¿Cómo crees que está afectado al mundo del ocio, teatro, cine? Hay muchas películas que han dejado de estrenarse
Respuesta: Me parece lo peor que nos puede pasar a todos. A todos los que nos dedicamos a la cultura y al cine, teatros que se están cerrado, es una pena. A mí me parece un bien necesario para la sociedad el poder ir al cine, ir al teatro. Yo creo que la cultura está ahí y la sociedad también, en lo que a la educación se refiere. Muy triste. Además sabiendo lo que conlleva sacar un proyecto adelante, porque son miles de personas las que están detrás. Yo cuando me planteo ahora la peli que se va a estrenar, me parecen unos valientes. Es un equipo que quiere luchar por seguir llevando a la gente al cine porque al final, no sé si es la mejor palabra, pero nos vamos a ‘olvidar’ y creo que no podemos dejar de ir al cine. La manera de seguir yendo es que se sigan estrenando películas e intentar empujar a la gente para que se sienta delante de una pantalla.
P: Ahora este nuevo proyecto, 'No matarás', ¿Cómo ha sido grabarlo?
R: Ha sido un viaje muy especial, un viaje vital. Es una película que me ha tocado de muchas maneras y un personaje que me ha hecho meditar en muchas cosas. Hemos trabajado de una manera muy especial, muy de verdad. Hemos construido el personaje desde el método, el realismo, no me he salido del personaje. Hemos querido hacerlo con la mayor verdad posible. Realmente he conseguido evadirme de mi ‘yo’ diario, convertirme en el personaje y no pensar.
Mi familia es lo más importante, es mi manera de vivir y mi ilusión de despertarme todos los días
P: Sé, por lo que has contado en muchas ocasiones, que te involucras de una forma muy profunda para conseguir entender todos los personajes que interpretas. ¿Qué te ha parecido más difícil?
R: Hay mucho trabajo detrás. Mi manera de dar respeto a esta profesión, al público, es sumergirme y trabajar y echar toda la carne en el asador. Me parecería fallar a la gente. El público es sabio y sabe cuando un actor está trabajando y dándolo todo. Desde que me ofrecen el guión empiezo a trabajar, aunque quede un año para esa peli. Ese guión se queda dentro de mí, empiezo a documentarme y a leer y empezó a trabajar. Lo doy todo, pero creo que es la única manera de seguir ahí, de seguir haciendo películas, que los directores quieran contar conmigo. Creo que, al final del día, el público está viendo que me estoy esforzando muchísimo y ese es el mayor halago que te pueden dar.
P: Una de las cosas que más me llama la atención es la capacidad que tienes para cambiar físicamente ¿Cómo es para ti conseguir esto? ¿Te ha supuesto algún problema?
R: Si, alguno que otro. En ‘El fotógrafo de Mauthausen’ adelgacé muchos kilos, también en ‘El Practicante’ adelgacé bastante. Esto acarrea, emocionalmente y físicamente, una serie de contratiempos. Lo físico llega un momento que no tanto y ahí está el peligro. Creo que dejas de darte cuenta del cambio que estás teniendo porque te acostumbras, te ves todos los días. Pero en lo emocional es cierto que es donde realmente afecta mucho porque, sobre todo cuando adelgazas, el humor te cambia. Te vuelves más áspero, te pones de muy mala leche, la gente que te rodea no te aguanta. Al final es algo muy importante. El no poder disfruta de una sociedad que tenemos, sobre todo en España, muy de salir a la calle y tomarme una cerveza, comer, picar… y todo esto desaparece. Al final no quieres tentarte y prefieres quedarte en casa antes que tomarte un vaso de agua mientras todos disfrutan. Eso te hace aislarte de la sociedad, te escondes mucho en ti mismo y sí que acarrea bastantes problemas.
He hecho terapia. Todo el mundo opina de tu vida y esto a veces lo cargas en la mochila y pesa un poco más de la cuenta
P: Te consideras muy “obsesivo con el trabajo". ¿Cuáles son tus límites? ¿Dedicarle tanto tiempo a un personaje te ha afectado alguna vez a tu vida personal?
R: Durante los rodajes sí. Durante esos dos meses que dura el rodaje de una película más el mes de ensayos, o mes y medio, sí me vuelvo bastante obsesivo. Al final mis amigos, mi familia, la gente que me rodea sabe cómo soy y me da un poco el espacio que saben que tengo que tener en ese momento. Entienden mi trabajo, entienden que tengo que estar concentrado y que estoy construyendo un personaje que al fin del día no soy. Tienes que componer, buscar y convertirte en alguien. Es cierto que ha podido haber un efecto rebote con ellos, de forma puntual, pero al final es eso, entienden y respetan mucho cuál es mi profesión y me dejan tranquilo. Pero sí, es verdad que cada vez soy más obsesivo. Tendrá que ver también, a lo mejor, con el hecho de ir haciéndose un poco más mayor. Tengo 34 años y tiene que ver eso, que también yo me conozco mucho más, me vuelvo más exigente porque quiero salir de una zona de confort. Me gusta cambiar constantemente y trabajar de sitio diferentes. En ese sentido me he vuelto más objetivo y más exigente.
P: Ahora que parece que se da más visibilidad a la salud mental, ¿cómo estás? Imagino que hay determinados papeles que pueden llegar a afectarte psicológicamente. También se le puede sumar la fama, que entiendo que en ocasiones no es fácil de gestionar. ¿Necesitas algún tipo de ayuda o sabes dejar todo eso a un lado en tu día a día?
R: Yo creo que ayuda necesitamos todos, sea en el ámbito que sea. Siempre viene bien poder hablar, desahogarte, y a veces no tiene nada que ver con el trabajo. Yo sí trabajo los personajes, en estos últimos años, con un psiquiatra que conozco, le doy el guión y analizamos los patrones que tienen. Tengo un coach con el que estoy trabajando desde hace una tiempo con el que analizamos los personajes y creo que también hacemos un trabajo personal, sobre mí y sobre cómo estoy. Él tiene que conocer cómo soy para poder trabajar y utilizarlo los dos. Yo sí he hecho terapia, lógicamente. Ha tenido que ver más con mi vida personal. No tanto a lo estoy pasando mal porque soy conocido, la gente te conoce, porque son muchos años y el proceso lo estoy haciendo yo mismo. De los 18 a los 34 he ido haciéndome a mí mismo, pero sí he tenido momento difíciles porque tu vida pasa a ser pública. Todo el mundo opina sobre tu vida personal y profesional y esto a veces lo cargas en la mochila y pesa un poco más de la cuenta. Pero cada vez lo llevo mejor. Hay que colocar las cosas y entenderlas por lo que son. Yo soy un privilegiado. Al final la gente solo quiere conocerte o hacerse una foto contigo y entiendo que así es, es parte de la sociedad en la que vivimos, pero a día de hoy yo solo puedo agradecer a la gente que me sigue.
P: Es un poco la parte buena y la mala, ¿no?
R: Yo no lo veo como malo. Hay momentos en la vida en que uno desconecta porque realmente no es normal que vive un ser humano. Pero no es malo, al final uno entiende que es parte de su vida y es una decisión propia que yo he tomado. Nadie me ha obligado a ser actor. Entonces lo veo como algo positivo también.
P: En de esta película, Daniel es una persona que está muy unida a su familia, su padre y su hermana son un pilar fundamental. ¿compartes esto con tu personaje? ¿Cómo es vuestra relación familiar?
R: Nos planteamos un personaje que ha tenido un padre estricto, que seguro que le ha obligado a cuidar de él. Al final lo ha reprimido, lo ha tenido metido en una caja de cristal. Y ahí veo una diferencia. En mi educación a mi me han dejado siempre hacer lo que he querido. Me han dejado equivocarme y me han dado un consejo en momentos puntuales, cuando me lo han tenido que dar. Siempre me han dejado vivir, volar, cumplir mis sueños y a la vez me han ido guiando un poco. Sí, yo tengo una relación muy estrecha con mi familia porque para mí es lo más importante. Esa ha sido mi educación y somos una familia muy grande, somos cinco hermanos, yo soy el mayor y eso todavía hace más. He vivido como han ido creciendo todos mis hermanos y como mis padres han ido educando a uno tras otro. Mis padres son jóvenes también. Para mí, la familia es lo más importante, es mi manera de vivir y te podría también decir mi ilusión, a parte de mi trabajo, de despertarme todos los días.
La fama a veces es intensa y te gustaría desaparecer, pero es de agradecer
P: ¿Cómo llevas la ‘histeria colectiva’ que has generado durante muchos años? ¿Crees que con el paso del tiempo va siendo menos intenso tu contacto con los fans? ¿Hay algún momento fuerte que jamás se te olvide? Ahora visto con distancia, ¿Cómo recuerdas esa etapa?
R: Ha sido muy divertido, es lo que te puedo decir, Ha sido una experiencia maravillosa. El vivir momentos tan intensos con gente joven en su día por ‘3MCS’, ‘El Barco’, este tipo de series, cine que generó un poco esa locura entre una generación joven que me seguía. Mirando diez años atrás, lo recordaré siempre y lo bonito es que está grabado y se lo enseñaré a mis hijos, a mi hermano pequeño cuando se haga más mayor, porque al final es anecdótico. Eso me ha llevado a donde estoy ahora y es un sitio maravilloso. Me he metido en casa de muchísima gente y noto cómo te saluda la gente por la calle como si realmente te conociesen. Esto es muy bonito, es nuestro trabajo. Es cierto, como decíamos antes, que a veces es intenso y te gustaría desaparecer, pero al final del día es una suerte y es de agradecer.
P: En tus últimas películas tienes una evolución evidente, los papeles que interpretas son más maduros. ¿Notas este cambio en relación con tus fans?
R: Lo que sí noto mucho es, en el caso de la gente, es más respeto, es cierto, pero porque me he hecho más mayor. Tengo 34 años y la gente me conoce desde hace 15. La gente ahora se me acerca para hablarme de películas, de mi trabajo. También lo noto con la prensa, es cierto que siempre me han tratado muy bien, pero cómo hablas con ellos, cómo te miran, las cosas que te preguntan, han pasado años y tienen una objetividad sobre tu carrera y lo que has hecho. Las conversaciones parten desde otro sitio. Es bonito también.