Nerea Barros: "Me encanta tocarle el culo a Hiba, y a Jesús Castro le amo, es mi pollito"
Texto: Bárbara Gabalda/ Fotos: María del Carmen Sánchez
23/06/201520:38 h.Hablemos del fenómeno Laura Hidalgo, y del papel un poco oscuro que interpretas
En ‘El Principe’ no te puedes fiar absolutamente de nadie, porque te parece una cosa y luego es otra, sobre todo en agentes del CNI. Sí que es cierto que Laura Hidalgo va mostrando poco a poco ciertas cosas, que no sabes si son verdad o mentira, pero siempre pienso que hay algo interesante en eso. Entre López, Morey y yo, hay un entendimiento. Somos los peones en un juego muy duro, muy complicado. Ella ve en Morey un compañero al que admira, que es un crak, pero que se ha perdido un poco, aunque es precioso que se enamore tan perdidamente de Fátima, pero es un problema en su profesión. Porque te has enamorado primero de una mujer, porque es complicado que tú compagines eso con tu profesión, pero sobre todo, el mayor problema que tienes es que Fátima forma parte de la gente a la que estás investigando. Sus decisiones no son correctas porque siempre van a estar supeditada esa persona. Eso hace que peligre Morey, y Laura va a vigilarlo. No sabemos cuál es la misión, pero yo siempre siento que hay algo de ternura y de entendimiento hacia Morey.
¿Y Nerea Barros tiene en su vida también una parte oscura?
Juan me define como una niña pequeña dando palmas alrededor de una hoguera en bragas, que es algo que me encanta hacer a mí en mi casa, con los pies llenos de mierda…De pequeña siempre he sido así. He vivido siempre en el campo, en el monte gallego. Me subía a cerezos a cuatro metros, me comía cerezas, luego me bebía agua y me daba un corte de digestión. Esa era mi vida. O iba con la bicicleta a 200 por hora, por una curva que no la podía dar y me caía por un agujero y me daba un golpazo...
Al ser famosa, ¿echas de menos esa libertad?
Lo sigo haciendo. Por ahora, sí. Y me encanta, porque también cuando nos vamos a hacer deporte, nos vamos lejos. No solemos ir a las típicas playas para hacer surf. Vamos mucho por Galicia, por zonas donde no hay paparazzi ni periodistas. Lo que sí creo es que periodistas, fotógrafos, estamos todos en el mismo mundillo. Sin ellos mi trabajo no tendría la relevancia que tiene, y eso es algo que hay que asumir. Es algo que he aprendido con Juan, llevo con él 6 años y no sé lo que nos deparará el futuro. Yo le adoro, es una persona increíble y ojalá pueda estar toda la vida con él, pero si no estuviera con él tendría que asumir poder hablar de eso con toda la naturalidad posible.
¿Os habéis acostumbrado a dar la cara como pareja en la prensa rosa?
Si, somos muy hipócritas al intentar criticar eso cuando es algo que existe, que funciona, que la gente quiere saber porque empatiza contigo. Yo no estoy de acuerdo con generar una distancia muy grande entre yo y la gente que me ve, porque justamente quiero conseguir lo contrario con mi trabajo. Quiero que empaticen con mis personajes, y si empatizan con ellos también tienen que empatizar con mi persona.
¿Y cómo es esa persona?
Pues me salen granos, tengo días que estoy más guapa, otros que estoy más fea o me siento así, me sale celulitis… Soy una persona normal. Por supuesto que tenemos que dar una imagen, y es maravilloso, tenemos la gran suerte de estar de repente maravillosas. Si estoy en una alfombra roja y una niña de quince años me dice: "Estás increíble", yo le digo "Gracias, pero tú puedes estar igual, no eres diferente. Solo necesitas una persona que te maquille bien y te sepa vestir bien para esta ocasión".
Y siendo tanto Juan como tú dos personas conocidas.. ¿Sois más o menos celosos de lo normal?
No somos nada celosos. Te puedes creer que en la escena de sexo de ‘El Príncipe’, al día siguiente, cuando Juan llega de trabajar me dice: "Me he pasado toda la mañana viendo tu escena de sexo en Twitter y enseñándosela a todo el mundo". Le dije: "Juanito tío, ¿tú que pasa? Me da a mi como cosilla y tú te la ves como si nada…" Hemos aprendido muchas cosas juntos, y algo muy importante, como actriz y como personas públicas, es que entiendo perfectamente que a Juan le puedan atraer muchísimas mujeres. A mí también me pasa. Yo veo a Hiba Abouk y le digo’ estas buenísima nena’, me encanta tocarle el culo: Es una tía que está cachondísima. Disfruto, la manoseo todo lo que me da la gana. Me encantan las tetas, yo que nunca he tenido mucho. Me gusta mucho disfrutar y decir ‘joder, mira que cara’. La primera vez que vi a Hiba es lo que le dije ‘madre de dios, que cara tienes, es espectacular’. Lo mismo pasa con pollito, ves esos ojos….Y Juan conmigo es igual, yo veo a un tío que está bueno y digo ‘ es que está bueno, está para mojar pan’.
¿Cómo es la vida de una actriz? ¿Es todo tan bonito como lo vemos?
Ser actriz o actor tiene mucho trabajo, es muy complicado. Lo más duro duro es aceptar el rechazo, sin saber por qué. Eso es durísimo, te duele. Se agarra tu ansiedad a latigarte, y es muy complicado. Es aprender a vivir con eso, aceptarlo, e intentar que no pase nada. Intentar ir a un casting, darlo todo , y olvidarte, y que no te queme el hecho de que no te cojan. Tengo muchos amigos directores y guionistas, y entiendo que ellos tienen que buscar a la persona o al perfil que buscan. Tú puedes creer que eres perfecta para ese papel pero no solo basta con que lo creas tú, tienen que creerlo ellos.
El éxito de ‘El Príncipe’ es imparable, y la cercanía que demuestran los seguidores de la serie, muy especial. ¿Cómo lo estás viviendo?
Es maravilloso. Estoy súper contenta. Es una serie brutal. He visto la primera temporada y es buenísima. Pero en la segunda, yo veía los guiones, y ahora que estamos viendo los capítulos, y dices ‘guau, es como el final de temporada en cada capítulo’, y eso me parece que es un trabajo tanto de equipo como de guionistas, como arriesgo de la cadena, de los productores, apuesta de dinero….Siempre admiro mucho eso, y en este caso estoy feliz porque creo que se merece todo ese éxito y más.
Y cuando grabáis en exteriores. ¿Cómo es estar trabajando y que haya fans locas de Alex González o Rubén Cortada?
Recuerdo el día en que grabábamos el salto de Morey del muro, yo lo rescataba y era la primera vez que se definía mínimamente Hidalgo. Ese día había muchísima gente en la acera de enfrente, haciendo fotos. Alex (González) me dijo: "Jolín Nere, que difícil es concentrarte sabiendo que hay un montón de ojos mirándote y grabando esto". Y dije: ¿"Por qué me has dicho esto Alex? ¡Me he quedado tupi!"
De tus compañeros de serie, ¿cuál podría ser tu amante divinity?
Soy muy rarita… Me encantan todos. Rubén Cortada es "oh dios mío, estás buenísimo". A Álex yo le tengo mucho cariño y mucha ternura, me ha dado mucho, y yo espero haberle dado a él. Es muy fácil trabajar con él, es muy generoso con sus compañeros, súper currante, y eso mola. Cuando llegué a 'El Príncipe', Jose, Álex y el resto del equipo me cuidaban, me daban un abrazo. Eso es súper bonito, y eso ocurre porque sí. Yo pensaba "Gracias, porque no tenéis por qué gastar esa energía cuando ni si quiera me conocéis". En cuanto a mi amante Divinity, te tengo que decir que soy súper fan de Stany Coppet. Alex y Rubén son guapísimos y están buenísimos, pero Stani me encanta. Es un tío súper elegante. Y después es tan buena persona, tan majo y tan tierno, que dices ‘es que te quiero llevar en el bolsillito para mi casa’.
¿Y Jesús Castro
Le adoro, le amo con locura, es mi pollito. Creo que es un chico además de excepcional como persona, es un tío que tiene de base muchas cosas buenas como actor. Yo que conozco a pollito, siempre le digo que tiene algo que muchos actores buscan toda la vida y no lo encuentran. Él es de Cádiz, es de Vejer, es de tierra, de tradición, lo han educado muy bien. Es un tío al que no se le ha subido nada a la cabeza, que tiene los pies en la tierra. Se latiga un montón. Él entiende que está empezando en esto, a doscientos, y que tiene que darlo todo, y eso es muy difícil. Él tiene un poder dentro, una luz que emana. Hace que le coloques una cámara delante y que haga’ pum’, y eso es muy importante.
¿Cuál el lugar divino de tu casa donde tienes colocado el Goya?
La verdad es que lo he tenido en muchos sitios. Luego viene gente a mi casa y me gusta que lo toquen, porque siempre digo que el Goya es el Goya de mucha gente. Igual que es el Goya de mis compañeras, porque es tanto mío como de Yolanda, como de Natalia como de Ingrid, y de verdad no lo veo de otra manera.
Una cosa buena y una mala de ganar el Goya a mejor actriz revelación
No le puedo ver nada malo a ganar un Goya. Porque es que son los premios más importantes de este país, te lo dan tus compañeros.
¿Te cambia algo cuando lo ganas?
A mí me cambió mucho. Para mí fue muy importante, sentí que en el cine de este país me estaba diciendo que por el camino que voy es por el que tengo que ir, y eso me hizo afianzarme y tener más fuerza. Porque como actor o actriz no sabes cuál es el camino correcto, no entiende por qué le dan trabajo a unos y a otros no, no sabes si lo estás haciendo bien o mal, si estás transmitiendo lo que quieres transmitir. Además, ese Goya también ha cambiado a mi familia: mientras estaba delante del atril, veía a mis padres llorando en el sofá agarrados de la mano, veía a mis hermanos gritando como locos, a todo la gente que me quiere, a mis amigos. He visto como todo Galicia se ha emocionado con mi Goya o con el de Javier Gutiérrez.
Pareces un chica disfrutona
Tenemos que disfrutar la vida. No somos conscientes muchas veces de que no somos dioses. Tenemos la suerte de tener una vida, pero tenemos un principio y un final. Lo importante es poder dar de comer a tus hijos, tener una casa, ser feliz. Eso sí son problemas: no tener salud, ver sufrir a tus hijos, no tener qué darles de comer, una casa para ellos... Desde muy pequeña, cuando tenía cinco años y sin saber qué era ser actriz, tengo una imagen de mí misma con la bata marrón de mi madre, llena de burruños ya gastada, unos tacones de los 80 de mi madre rojos, por el pasillo de casa hablando sola, haciendo mis secuencias… Luego el colegio, las normas morales, lo que se espera de ti, te matan un poco esa creatividad y luego la tienes que recuperar.
Hablemos un poco de moda: cómo describirías el armario de Nerea Barros
Mi armario es un 'sindios'.Hago lo que puedo de verdad. Me gusta mucho cambiar de estilo, dependiendo del día que tenga. Hay días que te levantas y quieres estar cómoda. Pues me pongo muy cómoda, pero muy cómoda y puedes flipar (risas), salgo a la calle y dices ‘muy bien Nerea, hoy te has lucido querida, te has coronado’. Pero luego disfruto muchísimo de la moda. Ahora con esta profesión, tienes el privilegio de vestir cosas de grandes diseñadores, que para mí son como un octavo arte. Ponerte piezas de arte que alguien las ha soñado y las ha confeccionado para ti. Sentir que cuando te pones una prenda, esa prenda tiene magia. Me pasa con ciertos diseñadores, que siento magia: Dior, Armani, Dsquared2, Oscar de la Renta...
¿Qué no falta en tu armario?
Este año, por ejemplo en mi armario nunca faltan camisetas de varios colores, de algodón, en talla más grande, que son cómodas pero que tienen mucho rollo y si las pones con una falda de diseño se van a un punto muy guay, y si las pones con un vaquero se van a algo más urbano… A mí me gustan mucho los pantalones deportivos, pero no tengo de chándal. Hay muchos diseñadores que han empezado a crear ropa muy cómoda, que ya no son chándal, que tienen un punto de diseño muy interesante. Me gusta mucho el look 'fitness'.
¿Qué look elegirías para salir con amigas?
Pues depende del día y del plan. Puedo ir muy mona, zapato de tacón bajito, vestido chulo que tenga rollo si voy al teatro o a ver danza o a una cena determinada, o un rollo más urbano-cool. Puedo combinar un pantalón 'fitness chic' con un Balenciaga. Llevo un año con Jose Juan y Paco, que son mis estilistas, me entienden muy bien, y me enseñan mucho. También consiste en querer llevar algo que pueda defender en la alfombra roja. Te lo pasas bien, lo disfrutas, te ves súper guapa y lo defiendes. En ese sentido agradezco tener a dos personas que me dicen la verdad, y que a aparte entienden muy bien mi cabeza, mi cuerpo, y buscan cosas adecuadas a mí. Me pasa igual con mi maquillador, estoy enganchadísima a él.
Y en los photocalls y eventos, ¿Qué tal llevas el tener que estar siempre perfecta y lucir creación de los diseñadores?
Me cuesta mucho lo de los tacones. Mis estilistas me dicen que cada día tengo que andar media hora con ellos. De repente llega un momento en que me los tengo que quitar porque se me cae la cara. Llega un momento en que me empiezo a encontrar fea porque te duele tanto el pie, que se te enerva el humor, ya no estás a gusto. Al cabo de cuatro horas te quieres morir.
¿Es en ese sentido, el cine y las promociones son algo aún más duro para las actrices que para los actores? ¿Tacones para todos o tacones para nadie?
Soy de tacones para todos. De hecho, los hombres deberían probar cómo es ir a una alfombra roja con tacones, hacer entrevistas con tacones, con un vestido con el que tienes que tener cuidado para que no se arrugue… Ellos van con un pantalón pintillo, con traje, que ahora los hay espectaculares, con una camisa, pajarita o no… Pueden combinar un montón de factores e ir siempre cómodos. Si te fijas, en los chicos las arrugas son belleza, y en las chicas ya significa que estás pasada. Conozco mujeres de 70 años que son espectaculares y que tienen unas arrugas preciosas.
Oye, tengo que decirte que tienes una voz de lo más peculiar
Pues quiero intentar lo de cantar. Aquí donde me ves de pequeña era piolín. Y me cambió la voz en un momento. Yo cantaba de pequeña, iba a clases, y cantaba rollo ópera a nivel de soprano. Como a los 18 me empezó a cambiar y me empecé a distanciar de mi voz. Ahora me falta entender esta voz y utilizarla a nivel de canto.