Cuatro bodas, dos hijos y un marido militar: la vida de Ainhoa Arteta más allá de la música
Cuatro bodas, dos hijos frutos de estos matrimonios y un marido de la Armada protagonizan parte de la vida más desconocida de Ainhoa Arteta que hoy repasamos en Divinity
Hija de Esther Ibarrolaburu y de José Ramón Arteta, un humilde matrimonio de Tolosa. Así comienza la biografía de Ainhoa Arteta, que hoy sopla las velas de su 56º aniversario. Una vida que ha estado marcada por la música, su familia, grandes proyectos laborales y por una vida sentimental dividida en cuatro grandes amores. La soprano española más reconocida del panorama internacional está de celebración, y en Divinity hemos decidido repasar los momentos que más han señalado su trayectoria profesional y personal.
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Su amor por la música comienza con un nombre: María Callas. A los seis años recibe de parte de su padre un disco de esta cantante de ópera griega, que dejará claro a Ainhoa a qué debe enfocar su futuro. “Si yo hubiera sido hija de alguna artista, posiblemente no me hubiese dedicado a la música. En mi caso no fue así, porque mi madre era peluquera y mi padre, profesor de música”, reconocía al diario ABC. Pronto empezaría a educar su voz y formaría parte del coro Eresoinka, que fundó su propio progenitor en su ciudad natal. “Cuando vio cómo cantaba y bailaba se dio cuenta que era un animal escénico”, recordaba en esta misma entrevista.
La familia de Ainhoa Arteta, entregada a su talento
Tras completar su formación en el Conservatorio de San Sebastián, la soprano coge la maleta recién cumplida su mayoría de edad y se muda a Italia, donde empieza a tomar clases del propio profesor de Luciano Pavarotti. Una exigente preparación vocal en la que tuvo el apoyo de su familia, que decidió apostar todo por el talento de su hija. “Mi hermano vistió muchos años el mismo vaquero que, al final, llevaba roto. Hoy estaría de moda, pero entonces lo pasaba fatal viendo que a él no le compraban ropa por mi culpa”, explicaba en XL Semanal. Sin ella misma saberlo, su carrera estaba a punto de despegar al recibir una beca para trasladarse a Estados Unidos, donde tendría la posibilidad durante tres años de estudiar técnica de interpretación en el prestigioso Actor Studio.
El debut de Ainhoa Arteta, marcado por una traumática experiencia
Precisamente allí, en EEUU, fue donde empezó todo. En 1990 hace su debut en la ópera de Palm Beach, en 'la Cenicienta', donde interpreta a Clorinda. Una estupenda noticia que se ve enturbiada el mismo día que recibe la partitura de la obra, teniendo que vivir lo que ella misma considera como uno de los “episodios más fuertes de su vida”. A sus 25 años, según confesaba en un programa de TVE, era víctima de una violación. “Casi me matan. No solo fue violarme”, recordaba lo sucedido.
Ainhoa admitía que le había costado más de 10 años poder verbalizarlo y que la policía tampoco le ofreció mucha ayuda: “Me dijeron que, si no me había matado, podía estar contenta”. Un capítulo que ha marcado por completo sus relaciones posteriores –“Cuando alguien se me acercaba, solo por el mero hecho de acercarse, un acercamiento sexual porque le gustaba, era la cosa que más me podía repugnar”-, y que tuvo que dejar a un lado para centrarse en el que sería su primer proyecto laboral: “Me la tenía que aprender en cuatro días. Me ocurre esta situación y yo el día siguiente no tenía tiempo ni para hacer duelo ni para pensar lo que me había pasado”.
Bill Clinton disfrutó de la voz de Ainhoa Arteta en la Casa Blanca
A pesar de todo, Ainhoa Arteta puede decir que Estados Unidos le ha brindado algunos de sus mejores momentos profesionales. Su carrera empieza a despegar con una plaza que tiene que cubrir en la Traviata, llegando a compartir escenario con el propio Plácido Domingo tan solo tres años después. Y es que, las sustituciones parecen haberle otorgado algunas de sus grandes oportunidades laborales. La vasca acudía a la Casa Blanca para dar un recital a Bill Clinton después de que la soprano que lo iba a hacer decidiera abandonar el puesto días antes de la actuación. “Se comportaron muy bien. Tengo un recuerdo muy bueno, tanto Hillary amabilísima y él, Clinton, muy simpático, y estaba clarísimo que le gustaban mucho las mujeres, era muy seductor”, recordaba en una entrevista para el Líbero.
La vida sentimental de Ainhoa Arteta, dividida en cuatro matrimonios
En cuanto a la vida sentimental de Ainhoa Arteta, se podría decir que ha estado marcada por cuatro hombres, con los que ha pasado por el altar en distintas etapas de su vida. Una efímera aventura juvenil llevó a la artista a vestirse de blanco cuando tenía 24 años. Novio de la juventud del que se fue distanciando por su despegue profesional. Pero ella no estaba dispuesta a renunciar a conocer al hombre de su vida. "Soy tremendamente romántica. La vida sin amor no es posible. Si falta, entonces pasan cosas horribles", comentaba en una entrevista.
Unos años después, la artista se enamoraba de un compañero de profesión, el barítono Dwyane Croft, con quien tendría a su primera hija: Sarah -que actualmente tiene 20 años-. Un matrimonio que también acabaría rompiéndose, dejando bastante tocada a la intérprete, que tenía que cancelar algunos de sus conciertos por su "decaído estado de ánimo". Tras esto aterrizaría en su vida Jesús Garmendia, un jinete que le daría a su segundo hijo, Íker -10 años-. Una relación que también acabaría en divorcio.
Por último, un año después de esta separación, llega a su vida Matías Urrea, con quien contrajo nupcias el pasado año. "Me empezó a conquistar porque me mandaba mensajes que eran poemas, y eso no lo había hecho ningún hombre”, explicaba en un programa de televisión al afrontar los motivos que le habían empujado a estar con el capitán de corbeta de la Armada. Eso sí, no promete que este vaya a ser el último. “Por si la cosa falla, tengo apalabrado hasta el sexto”, concluía entre risas.