Tiziano Ferro narra detalles de su vida cuando era alcohólico: "Hospitales, accidentes y situaciones límite"
El artista italiano ha desvelado los detalles de algunas de las etapas más complicadas de su vida, en las cuales ha estado muy presente su adicción a las bebidas alcohólicas
Cuánto más éxito conseguía en el mundo de la música, más se esforzaba la industria por hacer un perfil de Tiziano Ferro que no correspondía con la realidad. La trayectoria de este italiano ha estado marcada por el alcoholismo, la bulimia y una homosexualidad que habrían tratado de ocultar de todas las maneras posibles para evitar que pudiera afectar en el número de ventas de esta estrella musical. Le guste o no, esto ya forma parte de una historia vital y profesional que no está dispuesto a ocultar al público. Por eso, ha tratado de revelar sin filtros todos los detalles de sus problemas más íntimos y cómo logró superarlos, a través de su documental: ‘Ferro’. Una producción que se podrá disfrutar desde este mismo viernes y que nació de la “urgencia por contar la verdad” del propio cantautor
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“Me encanta la idea de abrazar una cicatriz, de exponerla y convertirla en un superpoder”, explicaba a la agencia EFE cuáles habían sido las razones por las que habría querido desnudarse al público de tal manera: “no por ser un héroe, sino para agarrar mi parte más auténtica y liberarme de este peso”. Y es que, para comenzar la historia de Tiziano no hay que trasladarse al primer día que decide agarrar un micrófono para demostrar su talento, sino habría que marcharse mucho más atrás: a su adolescencia. Aquí es donde empezaría el sufrimiento del cantautor tras ser acosado por no ser lo suficientemente masculino -para los estándares marcados por su propio entorno- y por su peso (llegó a pesar 111 kg)
Su éxito llegó poco tiempo después, sin haber gestionado previamente todo lo que le había ocurrido y sin llegar a conocerse a sí mismo. “Me convertí en una persona superfamosa a los 21 años, pero a esa edad no sabes quién eres”, reconoce ahora Ferro, que tiene claro que esto es mucho más complicado si provienes de “una ciudad tan pequeña como la suya en la que no había oído hablar de igualdad o de respeto”. Un hecho más que no le ayudó a reconocerse y aceptarse. “Crecí sin saber quién era, porque no había personas como yo, que me dijeran que eso estaba bien que lo importante era ser honesto”.
Esta entrada por la puerta grande en la industria musical tampoco le pondría las cosas fáciles al intérprete a la hora de lograr su propia aceptación, destapando que llegó a tener en su equipo de trabajo a personas que se encargaban de elegir la ropa que tenía que ponerse para no parecer “demasiado gay”. “Es fácil echar la culpa a los demás, pero prefiero hablar de una concurrencia de culpas”, declara ahora Tiziano, que garantiza que “la manipulación mental encuentra espacio si se lo das y él no estaba listo para reafirmarse”.
Tiziano Ferro, rehabilitado de sus problemas con el alcohol
La primera copa llegaría en su primera gira, sin saber que esto acabaría convirtiéndose en otro de sus grandes problemas. La cantidad de alcohol cada vez iba siendo superior y su adicción era cada vez más patente: “creo que muchas personas me vieron en dificultades; acabé en hospitales, accidentes o situaciones límite, pero nunca nadie se atrevió a decirme que igual tenía un problema”, echa la vista atrás el italiano, rememorando que estuvo al borde de la cirrosis.
Finalmente, la terapia le ayudó a entender que lo único que estaba demandando “era amor”, y que para ello tenía que entregarse al mundo. “A los 27 años, en el tope de mi problema, me miraba al espejo y me daba cuenta de que nunca había experimentado el amor de verdad por falta de autoestima y por negación”, habla ahora desde la madurez, rehabilitado y feliz en su matrimonio con Victor Allen.