Sandra ‘La Santa’, la hija DJ de Fernández-Tapias que no quiere presumir de apellido
divinity.es
22/10/201708:25 h.Un nombre propio
El apellido pesa. Su padre es Fernando Fernández-Tapias, una de las grandes fortunas de nuestro país, pero ella no se presenta con su apellido. Sandra, a diferencia por ejemplo de Willy Bárcenas (Taburete), usa pseudónimo: “Quería ganarme mi sitio por mi trabajo. Además, un DJ es un personaje, una marca que necesita su propio nombre. Y en La Santa está implícito el Tapias”, contaba en una entrevista con Vanity Fair (la única que ha dado a un medio no musical).
Estudió Comunicación Audiovisual y Relaciones Internacionales y Económicas en Miami y trabaja en la empresa de su padre. Pero saca tiempo (o más bien se lo roba al sueño) para compaginarlo con su profesión de DJ: “Hay días en los que me acuesto a las 6:30 después de una sesión y me levanto a las 8:30 para ir a la oficina. Ni se me ocurre faltar” Y, ante las dudas, aclara: “Yo no fumo, ni bebo alcohol ni me drogo. Puedo pinchar cinco horas seguidas a base de agua y sin probar bocado”.
Una carrera en ebullición
Lleva trasteando con la mesa de mezclas desde los 17 y su última buena nueva es que Wally López, el DJ y productor de techno, la ha fichado para su agencia de representación, Facto Group. Es el primer nombre femenino en sumarse a la lista, un triunfo para ella que refleja a su vez una realidad alarmante: solo el 17% de los DJs son mujeres.
Su top 1 este año ha sido estar pinchando en un evento junto a Juliette Lewis y Olugbenga Adelekan, de Metronomy.
La espiritualidad por bandera
Además del nombre, La Santa tiene otra marca personal: tres rayas y un punto rojo que se pinta en la frente cada vez que sale a pinchar. Y eso tiene un significado: “Simbolizan las tres divinidades del hinduismo y el tercer ojo; yo soy muy espiritual. Hago meditación y reiki”, contaba a Vanity Fair. Esa simbología también la incorpora a su música:
…Y un mundo propio
En el que están incluidos sus tres perros sharpei: Tomasa, Cuba y Chango. Sus viajes a Bali y su gusto por la comida, que demuestra a golpe de fotos en su Instagram, con 1.700 seguidores.