“La gente se espera que saque el típico hit. Pero yo voy siempre a la contraria. No quiero agradar. Si no te gusto, fuck you”. Asertiva. Sin filtros. Sin maquillaje. Dora mira a los ojos y no se esconde. Da la cara en una charla a solas con Divinity pese al valioso consejo que le dio Carmen Maura: “Resguárdate”. Su célebre compañera de cartelera en 'Rainbow', la película en la que se estrena como actriz dirigida por Paco León, se convirtió en confidente durante las semanas que estuvieron de rodaje y tras esas conversaciones nada volvió a ser igual.
“Aprendes mucho de una conversación con Carmen Maura”, cuenta sin ocultar la emoción de haber accedido a la amistad de una leyenda del cine: “Un mito se convirtió en amiga. Por momentos no me lo creo y me digo: ‘Esa no soy yo, yo no hice eso, no rodé esa película’”.
-Suena a Síndrome del impostor…
-Sí, todo el mundo se siente inseguro de vez en cuando. Yo nunca me he visto como una persona que proyecte seguridad, y aunque muchas veces me digan que lo parezco, hostia, yo me siento muy insegura muchas veces. Ayer mismo tuve un shock mental porque no sabía qué ponerme, me decía soy gorda, soy fea, qué hago acá. En lo físico es horrible, odio sentirme así porque sé que es una cosa que no es mía, que se me ha impuesto.
-¿Te pasa también a nivel creativo?
- En lo creativo también me pasa pero menos. Es un poco entre sentirme segura y no fliparme. Me cuesta porque yo soy muy de extremos.
Dora es una verdadera catarata de emociones, como lo es la adolescencia para todos. Tiene 18 años, pero sobre sus espaldas caben tiempos de una exposición mediática no elegida: es hija de Bimba Bosé y el director Diego Postigo, sobrina de Miguel Bosé, y aunque busque mostrarse al margen de esos nombres, están y pesan. “No quiero hablar de ser hija de… No tiene que ver con mi música”, lanza con seriedad.
Es que la música es una cosa muy seria en su presente. Aunque por estos días su nombre se relacione con la película que Paco León estrenará en septiembre, Dora lleva años cautivando con sus canciones, se ha presentado en el ciclo de música del Patio Mahou, en Madrid ,este verano, y lanzó su primer EP, 'Sin prisas no quiero morir'. Así, sin coma, la frase parece llevarla a vivir muy rápido.
-El título parece un poco “a todo o nada”.
-Es que todo va tan rápido… No quiero morir sin prisas significa que no habré hecho suficientes cosas. Sé que a veces tengo una visión pesimista de la vida, pero es muy propio de mi generación.
-¿Qué tienes para reprocharle a tu generación?
-Hay muy poca revolución en mi generación. Si ves generaciones anteriores, la música era una vía para protestar. Y pienso, como dice Nina Simone, “Why are you doing music if you don't reflect your times?” (“¿Por qué estás haciendo música si no es para reflejar tu tiempo?”). Mi generación está mucho en las modas. Todos quieren estar en los festivales, se olvidan del propósito de la música.
-¿Y qué tienes para reprocharle a la generación de tus padres?
-Que dejen de culparnos por toda la mierda que nos han dejado encima. Que cambien un poco el mindset. Pero yo me rodeo de mucha gente mayor porque siento que estoy en mi quinta vida.
-Una de tus canciones, “Sorry”, es una disculpa en tono irónico contra lo que se espera de ti. ¿Has sentido esa presión?
-No he sentido presión en mi círculo porque siempre he estado muy arropada por mi familia y por gente cercana que me ha apoyado. Pero en algunos círculos… todo el mundo tiene algo que decir. Y no es fácil aprender que puedes ser quien te salga de los cojones.
No es fácil aprender porque tenemos esta naturaleza de querer agradar a la gente, de complacer. Ahora pienso, si no te gusto, fuck you. Porque si estás todo el rato intentando complacer a otras personas, no vas a encontrar a gente que te acepte como eres.
-¿Y qué crees que se espera de ti?
-Yo creo que la gente espera que saque el típico hit, yo pienso eso porque siempre intento ir a la contraria. Me dan ganas de ir para el otro lado. De no cumplir ciertas expectativas de modas que no me apetece seguir. Yo soy un alma vieja, me gusta Nina Simone, Aretha Franklin.
-¿De niña jugabas a ser cantante?
-Desde el primer momento yo era cantar, cantar, cantar. Cuando eres pequeña cambias de profesión cada semana. Quería ser astronauta, y se quedó ahí porque no me dan bien las matemáticas. Y entonces dije bueno voy a ser cantante. Tuve una época de obsesionarme mucho con Michael Jackson, con sus películas y dije yo quiero que alguien sienta eso con mi música.
-Vienes de una familia de artistas. ¿Qué te aconsejaron tus padres con respecto a la fama?
-Mi padre (el director de cine Diego Postigo) siempre me ha dicho que mantenga los pies en la tierra. Todos somos humanos. La fama y todo eso es relativo.
-¿Cómo fue volver al bachillerato después de un rodaje con Carmen Maura y Carmen Machi?
-Fue duro. Después de rodar una película, y rodearte de gente maravillosa, y cosas que no viste nunca, pues, volver al instituto fue como qué onda, qué es esto, por qué estoy aquí encerrada. He pasado el segundo año del bachillerato encerrada en mí misma y con algunas amigas, y poco más. Pero aprobé todo (risas).
-Hay un momento de la película en que el personaje de Carmen Maura le dice al tuyo: “Si quieres algo y lo deseas con mucha fuerza, igual no se cumple”.
- (Risas) ¡Es una bruja!
-¿Te ha dado algún buen consejo en la vida real?
-Me ha dicho que me resguarde mucho en este momento de lo que va a venir, por la película. El resto fue verla. ¡Es tan admirable! Aprendes mucho solo de una conversación con Carmen Maura. Es muy increíble. Había momentos en que no daba crédito. Forma parte de muchas películas que han sido un antes y un después en mi vida. Es muy fuerte pero es muy bonito que ese mito se convierta en una relación más de amistad.
-Estás en pareja con el hijo de Marta Robles, ¿cómo lleváis el ser hijos de padres famosos?
-Mitch y yo nos conectamos por la música. Nos conocíamos de antes y ninguno sabía de dónde venía el otro. Yo creo que fue un viaje hasta llegar hasta ahora, somos muy chavales. Él con su rocanrol y yo con mis movidas que no sé explicar (risas).
-Ser mujer en la música no es tarea fácil. ¿Piensas llevar algún mensaje para las cantantes a través de tu música?
-Me encantaría pero tengo que trabajar todavía en ello. Es algo que tiene que surgir, no que tengo que escribir esto para las mujeres empoderadas. Tiene que salir natural. Si no para qué lo haces, es como lo del pride, que todas las compañías lo cogen y lo venden, y lo capitalizan a extremos que me remueven. No me gustaría hacer eso con mi música.
-¿Has vivido situaciones machistas en la industria?
-No las suelo tener pero tuve una que me hervía la sangre. Nunca he sentido tanta vergüenza ajena por una persona. Un tío me estaba explicando dónde iba un cable. Es mi piano, conozco mi piano. Y él me explicaba porque no podía resolver un problema que tenía que resolver él. Si yo hago mal mi curro lo digo, no pasa nada, pero lo de negar y culpar a otra persona…
-Ahora que tu nombre es cada vez más conocido, vas a tener más voz para la opinión pública. ¿Piensas defender alguna causa en particular?
-Ahora mismo la causa más importante es el medio ambiente. Se lleva hablando mucho tiempo pero la gente no se da cuenta. De todos los temas es el que más me remueve. No es hablar de nosotros, es hablar del mundo en el que estamos todos. Que crea que vamos a poder hacer algo… no lo sé. Porque soy de la generación Z, pesimistas de la hostia. Veo un mundo en declive. Cuando llegue la hora todo el mundo va a estar flipando. Buah, qué mensaje más duro acabo de dar. ¡Es broma! Pero vamos a ver. ¿Qué onda con Greta (Thunberg) Cuando empezó todos hablaban de ella, ¿y ahora?