“Esto sigue siendo una sociedad absolutamente machista y patriarcal, aunque muchos intenten negarlo eso es así”. Con esta contundencia comienza Lander Otaola su crítica al machismo en la industria del cine. El actor que interpreta Ander en ‘La vida padre’, el nuevo largometraje de Joaquín Mazón y que llegó a la salas hace apenas unos días, es muy crítico con la penitencia eterna que sufren sus compañeras de profesión por infinidad de cosas que a ellos no les afectan apenas, como es el caso de tener hijos.
“Muchas veces cuando eres mujer los productores se enteran de que has sido madre y te dejan de llamar porque piensan que no vas a dar tu 100%. Eso en el mundo masculino no pasa: cuando eres padre te siguen llamando… Y creo que es una cosa que debería afectar a los dos, que parece que un hijo es de la madre y no: es de los dos. Si no no seas padre”.
La conciencia que tiene Otaola con este tema está muy marcada por lo que aprende conviviendo con su pareja: ella también se dedica a la interpretación y puede contarle en primera persona todas las situaciones injustas que ha tenido que vivir única y exclusivamente por ser mujer: “Cosas que ha vivido mi chica por ser actriz de machismo, de sexismo… yo no las he vivido. Incluso de abuso de poder. Son cosas que creo que ni de cerca me han tocado ni creo que me vayan a tocar. Y las mujeres, aunque algunos digan lo contrario, lo siguen sufriendo y más siendo actrices”.
Aunque la presión estética es omnipresente en la industria cinematográfica pensar que el paso del tiempo afecta por igual a hombres y mujeres en la profesión sería de un desapego con la realidad importante, Lander tiene claro que no es así.
“Se es muy cruel con el físico de la mujer, según avanzan en edad tienen menos personajes interesantes que interpretar: siempre es ‘la madre de’, ‘la hermana de’... esto que parece un tópico es real”. Y zanja con una sentencia que a algunos les puede escocer bastante, “Ser actriz es mucho más complicado que ser actor”.