Los artistas, más allá de la alfombra roja: desigualdades laborales, precariedad y abuso de poder
El Informe Sociolaboral de Actores y Bailarines de 2023 realizado por la SGAE visibiliza la situación de los artistas de España y sus datos alertan sobre la precariedad de los intérpretes
El 48% de los artistas no llega a los 3.000 euros anuales y el 77% tiene un salario por debajo del mínimo interprofesional, lo que hace que muchos de ellos se encuentren bajo el "umbral de la pobreza"
Muchos actores y actrices del sector tienen problemas para conseguir papeles aunque sean reconocidos en la industria, como es el caso de Candela Peña, que tuvo que reinventarse
El lujo que desprenden las alfombras rojas es tan solo una mínima parte de la realidad. Tras los flashes, los premios y la fama, conseguir vivir siendo artista en España puede llegar a ser una difícil situación para los que se dedican a ello. Según el 'Informe sociolaboral de actores y bailarines en España' realizados a finales del año 2023 y los primeros días del 2024 por la Entidad de Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión (AISGE), tan solo el 16 por ciento del total de artistas del país pueden llegar a tener una estabilidad económica gracias a su profesión. De este porcentaje, el 9 por ciento los que ingresan entre 18.000 y 30.000 euros al año y el 7 por ciento más de 30.000. Por lo que la gente que se ve posando en las alfombras rojas es mucho menos de un cuarto del total de artistas del país.
Por el contrario, el 77 por ciento se encuentra por debajo del salario mínimo interprofesional siendo solo el 23 por ciento de los actores y actrices españoles superan los 12.000 euros anuales. Por otro lado, la cifra se eleva a un 48 por ciento del total de artistas que emprenden en la profesión y no alcanzan ni los 3.000 euros de ingresos anuales. Esto hace que el 52 por ciento de los artistas no se puedan dedicar únicamente a su profesión y busquen un ‘Plan B’ para poder mantenerse. De todos los que buscan un trabajo complementario, tres cuartas partes de ellos desempeñan una labor que no tiene que ver nada con su vocación y el 27 por ciento se dedican a algo dentro del sector cultural. Pese a estos ingresos suplementarios el 44 por ciento no supera el 60 por ciento de la renta media del país, quedando por debajo del llamado “umbral de la pobreza”.
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Por otro lado, la cifra de aquellos que se encuentran desempleados sin ningún trabajo del que obtener ingresos se reduce a un 14 por ciento, no muy por encima de la tasa general de paro del país - el 11,8%-. De estos artistas, casi la mitad no puede optar a prestaciones públicas. Sin embargo, estas cifras, en comparación al mismo informe que se realizó entre 2004, 2011, 2016 y 2020, han mejorado en cuestión de empleabilidad, aunque sus condiciones laborales han empeorado. Según el informe mencionado, hay una tendencia creciente en este sector laboral es que no existan las plantillas estables, que solo haya empleos de cierta duración y que se trabaje durante más horas para conseguir el mismo salario. Además, debido a la precariedad, se pueden llegar a generar situaciones de vulnerabilidad y casos de abuso de poder y acoso dentro del trabajo.
Según la AISGE, las artistas femeninas españolas tienen datos más desfavorables aún que los mencionados anteriormente, siendo su media anual de ingresos artísticos de 8.320 euros, frente a los 11.677 de los hombres, un 40,3% mayor. También hay una desigualdad en el cómputo anual de días trabajados en el sector artístico, teniendo ellas 62 días en comparación a los 70 de ellos. Datos que contrastan con el hecho de que las afiliaciones a la entidad han sido casi idénticas los últimos 20 años, quedando descartado el desequilibrio estructural en cuanto al género. “Puede que aún existan menos papeles para mujeres que para hombres y que las obligaciones de género (maternidad y cuidados) siga limitando la capacidad de trabajar de las mujeres”, explican desde la AISGE.
Los casos reales de artistas españoles
Todo esto se acentúa para las mujeres que tienen más de 55 años, quienes lo tienen bastante difícil para conseguir un papel, más aún como protagonista. Algo que ya denunció en su día la presentadora Silvia Abril en la gala de los Goya de 2020. La veterana Blanca Apilánez se lo contaba a COPE. “Somos muchas y se escriben pocos papeles en los que podamos encajar, poco y de una manera muy subalterna, el relato nunca lo llevará ella”, explicaba sobre la situación en el país.
Una de las por entonces nominadas a Mejor Actriz ese año por su papel en ‘La hija de un ladrón”, Greta Fernández, afirmaba para el medio El Mundo que nadie la llamó para hacer otro papel. “Nadie me dio trabajo. Totalmente parada”, explicaba sobre su situación tras el ‘boom’ de 2019. “Fue duro, no te voy a mentir”.
“No soy una actriz que esté trabajando todo el rato ni me llegan guiones todos los días”, explica afirmando cómo es la situación laboral de un artista promedio. En la entrevista Greta confirma que hay excepciones en el sector, como podrían ser su padre, el reconocido Eduard Fernández, su íntima amiga Anna del Castillo- quien está triunfando con sus últimos proyectos de Netflix- o Miguel Bernardeu, con quien se especulaba que podía tener una relación sentimental.
También la actriz Candela Peña recalcaba esto mismo tras recoger su tercer Goya en 2013: “Hace tres años que no trabajaba. En estos tres años he visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para taparle y le teníamos que llevar el agua [...] En estos tres años ha nacido un hijo de mis entrañas y no sé qué educación pública le espera. En estos tres años he visto gente sin trabajo que se mata por no tener casas. Esta alegría no me la amarga nadie. Os pido trabajo, tengo un niño que alimentar”.