En la primera temporada de 'Los Bridgerton' Daphne se enamora de un duque y en la segunda, su hermano se convierte en vizconde. Además de las tramas principales, todas las de los secundarios de esta serie han dado lugar a que nos familiaricemos con los títulos nobiliarios de la sociedad inglesa. Esto ha suscitado un interés por conocer cómo funcionan los títulos en este país y cómo se van pasando de generación en generación. Y es que han sido muchas las series que tienen como marco con la monarquía y la nobleza inglesa, entre ellas también 'The Crown', con Imelda Staunton interpretando a Isabel II en una de sus etapas vitales. Esta producción se centra en la etapa más reciente de la Casa Windsor.
Para empezar hemos de decir que la nobleza británica se divide en dos grandes grupos, alta nobleza y baja o pequeña nobleza. Al primer grupo se le reconoce como nobles o lores y entre ellos encontramos a los duques, marqueses, condes, vizcondes y barones. En el segundo escalón no existen distinciones exceptuando el de baronet, una mención que se hereda de padres a hijos y tiene el tratamiento de 'sir', sin más títulos que este.
Sin embargo el flujo de títulos no siempre ha funcionado de la misma manera a lo largo de la historia. Hasta el siglo XX estas distinciones eran básicamente hereditarias y descendían únicamente por la línea masculina de las familias. Pero esto cambió en 1958 cuando se aprobó la Ley de Nobles de Vida y se pusieron en circulación títulos no hereditarios, es decir solo los disfrutaba la persona a la que se le concedían sin posibilidad de que sus hijos los heredaran tras su muerte.
Otra novedad que trajo esta norma es que se crearon títulos, esta vez sí hereditarios, solo para miembros de la Familia Real. Por otro lado, existen otro tipo llamados nobles vitalicios, que tienen carácter honorario, es decir a pesar de tener los 'honores' del título no tienen las responsabilidades ni ejercen las funciones que conllevan. Una curiosidad sobre los títulos nobiliarios que no mucha gente sabe es que ostentar uno de ellos en Escocia, Inglaterra, Irlanda o Gales te otorga la posibilidad de entrar en la Cámara de los Lores, una de las dos del parlamento de Reino Unido.
Con todo lo anterior solo nos queda saber cuál es el organigrama de los mencionados títulos. La pirámide quedaría de la siguiente forma en orden descendiente. En lo más alto del todo encontraríamos al rey o a la reina seguidos de príncipes y princesas, justo después duques y duquesas, marqueses y marquesas. Seguidos de estos irían los condes y condesas, los vizcondes y las vizcondesas y finalmente, el rango más bajo es el de barón y baronesa, que también reciben el nombre de 'lord' y 'lady'.
En nuestro país los nobles están representados por la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España. Además, muchos de ellos pertenecen a las casas ducales, algunas de las más conocidas son las de Alba y la de Borbón. En cuanto a la jerarquía, por encima de todos los títulos, se posiciona el Rey, seguido del heredero o heredera de la Corona, que recibe el título de Príncipe o Princesa de Asturias. A diferencia de otras monarquía europeas, en España, los otros hijos del Rey reciben el título de infante y no de príncipe o princesa. El monarca también tiene puede conceder otros títulos a miembros de su familia, pero no implican relación con la Corona ni son hereditarios.
Hoy por hoy los títulos nobiliarios en España no suponen ninguna distinción social ni legal, como sí sucedía en otras etapas de la historia. Simplemente, estas personas gozan del privilegio de ser un 'Ilustrísimo señor' y ante su nombre, al dirigirse de formalmente a ellos se colocará un 'señor'. Al igual que en Inglaterra, la jerarquía quedaría de la siguiente manera: tras el príncipe iría el duque, después el marqués, el conde, el vizconde y el barón.