Najwa Nimri, de cantante a villana por excelencia: la intrahistoria de su ascenso a la fama

En el star-system español, hay pocas estrellas tan particulares y únicas como Najwa Nimri. Los recientes estrenos de la serie 'Respira' y la película 'La virgen roja' han vuelto a situarla en una primera línea que lleva habitando sin descanso desde 2015, cuando Zulema, la villana imprevisible y llamativa de 'Vis a vis', la recuperó para el audiovisual después de varios años en los que estaba más dedicada a la música y a la crianza de su hijo Teo, nacido en 2000.

Esa nueva generación que descubrió a Nimri con el mono amarillo de la prisión Cruz del Sur, o como la inspectora Alicia Sierra de 'La casa de papel', se encontró con una actriz inclasificable, capaz de encontrar matices y de dar una dimensión extra a personajes que, sobre el papel, parecen simplemente los malos de la función. Es una evolución de los papeles fuertes y muy llamativos con los que se convirtió en una de las grandes estrellas del nuevo cine español de los 90, gracias a las películas de Daniel Calparasoro, 'Salto al vacío' y 'Pasajes'. Nimri llamaba la atención por su estética, muy diferente de las de otras estrellas de la época como Penélope Cruz, Ariadna Gil o Aitana Sánchez-Gijón, y por esa sensación de que sus personajes tenían siempre cierta electricidad subyacente que pugnaba por salir. Su villana de Abre los ojos terminó de afianzarla en la cumbre.

De aquellos años proviene también la escasa información publicada sobre la vida privada de la actriz, que estuvo casada cinco años con Calparsoro. Desde entonces, apenas se ha sabido nada más de sus siguientes relaciones y ni siquiera se conoce el nombre del padre de su hijo. Nimri protege con hermetismo esa faceta de su vida incluso en la actualidad, cuando reconoce que, si este nivel de fama le hubiera llegado más joven, probablemente habría perdido la cabeza. Sin embargo, este ascenso ha coincidido con su entrada en la cincuentena y con la mayoría de edad de Teo, por lo que se toma su trabajo de otra manera.

La actriz reconoce que, en los rodajes, no suele quedarse más de la cuenta a confraternizar con el equipo y que habla poco, prefiriendo irse a casa a una hora que le permita estar con su hijo. También afirma que respeta mucho los procesos de los otros actores; si Alba Planas, que interpreta a Hildegart en ‘La virgen roja’, necesitaba otro tipo de energía en el set, ella prefería tener el contacto justo con ella y dejarle su espacio. Atribuye a la edad y a la experiencia haber conseguido un acceso más fácil a las emociones necesarias para la interpretación, ser consciente de que tiene que estar presente en el momento y luego, cuando termina la jornada, dejar el personaje en el plató y no llevárselo a casa. No le va el Método, esa escuela de interpretación en la que el actor tiene que estar en personaje constantemente para conseguir el resultado buscado.

Esa mayor libertad se traslada a las promociones, donde Nimri siempre ha destacado por no tener pelos en la lengua, desde reconocer que está vetada en ciertos programas de entretenimiento a confundir a un periodista que intentó que se pronunciara sobre la sentencia de Daniel Sancho en la alfombra roja de 'Respira'. Y, de alguna manera, su concepción de su trabajo como actriz está muy ligada a cómo ve su carrera musical, que tampoco se ha movido por los caminos esperados. Durante su primer ascenso a la fama pasó de cantar en grupos de soul y jazz, a formar un dúo de electrónica junto con el productor Carlos Jean que se llamó Najwajean y que publicó cuatro discos entre 1998 y 2008. Nimri continuó editando discos en solitario después y siendo tan imprevisible con ellos como con sus papeles de actriz, pasando de la electrónica a, por ejemplo, los boleros en un álbum inspirado por su trabajo en la película 'Quién te cantará'.

Lo próximo que veremos de ella será una serie, 'Punto Nemo', donde compartirá la pantalla con Alba Flores y Maxi Iglesias, entre otros, como parte de una expedición científica que se encuentra con un misterio imposible en el llamado punto de inaccesibilidad del Pacífico. Hay Najwa Nimi para rato.

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