No nos gustaría estar en la piel de Karla Sofía Gascón ahora mismo. Una pedazo de actriz como ella, que tiene el doble mérito de haber interpretado un papelazo y de ser la primera mujer trans nominada a un Oscar lleva un mes sufriendo las consecuencias de unos desafortunados tuits de hace años. Y sí, lo son, pero el efecto que ha tenido ha sido demoledor no solo para la actriz, sino para la producción, que se había convertido, en esta edición de los premios Oscar, en la más nominada (por encima incluso de ‘The Brutalist’ o ‘Anora’, dos de las favoritas). Recordamos la cronología de los hechos.

Como todos sabemos, el pasado 23 de enero se revelaron todos los nominados a los Oscar de este año. Destacó ‘Emilia Pérez’, con trece nominaciones, entre las que se encontraba la de Karla Sofía Gascón. La felicidad se apoderó de ella y de todo el equipo.

Aunque tenía que competir con Demi Moore y Fernanda Torres, lo cierto es que para muchos medios partía como una de las favoritas para llevárselo.

Poco le duró la felicidad a Karla Sofía. Unos comentarios de Gascón que aparentemente iban dirigidos al equipo de publicistas de la protagonista de ‘Aún estoy aquí’, Fernanda Torres, crearon revuelo, por lo que la actriz madrileña se vio impelida a explicar que su comentario no iba contra Torres, sino contra la toxicidad y el discurso de odio en redes sociales en general.

Quizá no pudo imaginar que esta última declaración enseguida se volvería contra ella. Porque ese mismo día una periodista, Sarah Hagi, exhibió tuits antiguos de Karla Sofía que aún estaban en su cuenta de la antigua Twitter. Eran comentarios de corte racista y xenófobo en su mayoría, en los que arremetía contra el islam, contra los migrantes que abrazaban esa religión y vivían en España o contra la multiculturalidad de una edición de los Oscar.

Al día siguiente, la actriz había borrado todos sus tuits y emitió el siguiente comunicado a modo de disculpa: “Quiero reconocer la conversación en torno a mis anteriores publicaciones en las redes sociales que han causado daño. Como miembro de una comunidad marginada, conozco muy bien este sufrimiento y lamento profundamente haber causado dolor. Toda mi vida he luchado por un mundo mejor. Creo que la luz siempre triunfará sobre la oscuridad”.

Ese mismo día dijo que cerraba su cuenta en X y que había llegado a recibir insultos y amenazas de muerte, por lo que escogía proteger a su hija.

Ese día hubo un evento promocional de la película en Londres. Zoe Saldaña se encontraba allí, pero Karla Sofía eligió no aparecer (ha mantenido un perfil bajo durante todo este tiempo para evitar perjudicar al filme). Zoe dijo, entre otras cosas, que aún se encontraba procesando todo lo sucedido y que estaba triste. También declaró: “Me entristece mucho porque no lo apoyo, y no tolero ninguna retórica negativa hacia personas de ningún grupo”.

En una entrevista concedida a la CNN, y donde la actriz se vio obligada a explicarse, terminó rompiéndose y echándose a llorar. Explicó que ella no es racista, que cuando criticaba al islamismo se refería a su facción más radical y que mantenía una relación con una mujer musulmana que le había enseñado mucho sobre el respeto a los demás. 

El golpe final vino con el cambio de estrategia de Netflix, que borró a Karla Sofía de los carteles promocionales y le dio todo el protagonismo a Zoe Saldaña. 

Ese mismo día supimos de una entrevista que el director de la película, Jacques Audiard, había dado al medio ‘Deadline’, donde expresaba su rechazo a las opiniones de Karla Sofía en el pasado, a la vez que aseguraba que su confianza en ella se había quebrado y que no habían vuelto a hablar.

Ahora que se acerca el momento decisivo, tras haber renunciado a acudir a eventos importantes como los Goya, los BAFTA o los SAG y que, según parece, la actriz estará presente en la gala, cabe preguntarse: ¿qué pasará?

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