La carta de despedida de Antonio Ibáñez, el actor de 34 años que ha fallecido: "He luchado con todas mis fuerzas"
Antonio Ibáñez ha fallecido a los 34 años a causa de un cáncer contra el que llevaba un año luchando
El actor, conocido por su papel en 'Aída', escribió una carta de despedida que ha publicado a través de sus redes sociales
Amigos y compañeros de profesión no han tardado en darle el último adiós
Antonio Ibáñez ha muerto tras un año luchando contra un cáncer. El actor, conocido por su papel en 'Aída' y otras series de la casa como 'La que se avecina', ha querido dar él la propia noticia con una despedida póstuma que ha publicado a través de sus redes sociales. Junto a unas imágenes, el intérprete escribía unas palabras en la que aseguraba haber luchado "con todas sus fuerzas" sin conseguir ganar esta batalla. "Tenia muchas ganas de vivir y seguir creando arte. Aun así, podréis ver, sentir y tocar mis energías más puras en todos mis cuadros. Allí os podréis perder en mi alma linda y generosa", ha dicho junto a imágenes en las que muestra algunas de sus obras de arte.
La publicación se llenaba rápidamente de mensajes por parte de amigos y compañeros de profesión que ya sienten su pérdida. "¡Qué rabia! Parece que los malos no se van nunca y tú te vas muy pronto La última vez que te vi estabas muy bien. Me quedo con ese recuerdo ¡Qué injusto!", escribía Nacho Guerreros, actor de 'La que se avecina'. "Me quedo con tu acento, tus escenas, tus bailes, tu sonrisa, tu generosidad, tu humildad, tu arte, tu luz", le decía el actor Mario de la Rosa.
La lucha de Antonio Ibáñez contra un cáncer durante más de un año
Fue en julio de 2021 cuando el propio actor, también a través de su cuenta de Instagram, contó públicamente que le habían diagnosticado la enfermedad. Antonio Ibáñez contó entonces que empezaba a hacer frente a "otra etapa" de su vida en la que le había crecido "esa incertidumbre de la que te haces amigo" muy diferente a la que él como actor y pintor conocía anteriormente. "Miedo, al principio. Hoy ya no lo tengo, quizás habrá algún día que sí, no lo sé... Lo que sienta, lo dejaré estar y lo abrazaré. Pasan los días y todo está más en calma, en paz... controlado, ya sé de qué va esto y a lo que me enfrento", explicó un mes después de empezar con la quimioterapia.
Cuando Antonio Ibáñez conoció que padecía un linfoma, le entraron "unos nervios" que recorrieron su cuerpo "como cuando un relámpago o un trueno atraviesa el cielo". "Todo esto me reafirma que en la vida las cosas son como son, pasan porque tienen que pasar. Las experiencias te preparan para muchas cosas; para ésta por ejemplo, no tanto", dijo en aquel momento.