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Helena Taberna, directora de 'Nosotros': "Muchas veces se señala del fin del amor al que rompe la relación"

En general, el cine ha tendido a contarnos las historias de amor desde dos ópticas: o desde su nacimiento, donde todo es bonito y eterno –al menos mientras dura, como canta Ismael Serrano–; o en su final, cuando se nos muestra todo lo contrario. Sin embargo, la vida real supone más etapas que se mueven en escalas de grises. Sobre todo, en la ruptura, es normal preguntarse, muchas veces sin respuesta, cómo se llegó hasta allí, cuál fue el momento que hizo que el amor se torciese. Justo en ese punto es donde se desarrolla 'Nosotros', la nueva película de Helena Taberna: aquí se intercalan los momentos buenos y malos de la relación para mostrar que no hay culpabilidad en el final del amor. Algo que consiguió también el escritor Isaac Rosa en 'Final feliz', novela en la que se ha basado la directora para crear su cinta.

Pregunta: En 'Nosotros' cuentas la historia de una ruptura, pero no como ha hecho el cine de manera habitual

Respuesta: Me apetecía jugar a la contra de lo que el cine habitualmente ha hecho con las historias de amor. La mayoría de las películas de cine romántico clásico terminan con la boda y nos perdemos la parte de la convivencia y el desgaste que eso supone para la pareja. En el otro lado, tenemos el cine que habla de conflicto, como puede ser el de Ingmar Bergman o el de Michelangelo Antonioni, pero en él desaparecen elementos que para mí son importantes como el de la precariedad o el espacio pequeño en el que viven sus protagonistas. Por eso, cuando leí la novela de Isaac Rosa me pareció que aportaba mucha luz y profundidad a los conflictos de la pareja actual.

Esto lo muestras intercalando buenos y malos momentos. ¿Qué te permitía este contraste?

Me interesaba comparar los momentos malos con los buenos como cuando recordamos: solemos pensar en un momento muy hermoso y después alguno espantoso. Se alternan en la vida las luces y las sombras, por eso cuesta más mantenernos o salir de la pareja. Pero aparte, me permitía romper con la narrativa clásica. Las secuencias están elegidas según lo que me apetecía contar: primero el momento del amor, luego las primeras pullitas y por último los problemas. También cómo va desapareciendo el deseo sin darse cuenta. Ante las preguntas que surgen en cualquier ruptura, quería ir sembrando el cómo se ha llegado hasta ahí. Todos tenemos la sensación de ser protagonistas de un amor especial y diferente, pero no podemos ver tan claro ese desgaste.

Escarbas en los momentos malos y los bonitos de la relación, pero no llegas a ninguna conclusión

En la película está la tesis de la no culpabilidad del fin del amor. Muchas veces se carga la culpa en el que rompe la relación, pero realmente si nos ponemos a pensar, no pertenece a nadie. Cuando una relación se acaba es muy difícil reconocerlo, pero si se consigue se llega a un punto muy tranquilizador: deja más paz en el recuerdo por lo bonito que fue. Algo con lo que convivimos en el mundo contemporáneo porque a día de hoy creo que todos asumimos que a lo largo de nuestra vida vamos a tener dos o tres relaciones importantes.

Más allá de las crisis de pareja, los protagonistas también sufren crisis económicas

En la película está contada la precariedad que vive la pareja en muchos momentos. Todo eso nos afecta: no es lo mismo estar en casa sin tener trabajo que no, tener una casa grande o pequeña, llegar con facilidad a fin de mes… Todo esto está contado porque forma parte de la vida. Incluso muchas separaciones no se pueden producir porque la economía de la pareja no puede permitirse dos viviendas. La economía incide en el estado anímico de los protagonistas, en las relaciones entre ellos y en el tiempo para poder dedicarse.

Todo esto lo haces desde una universalidad de la que es muy fácil sentirse identificado

He procurado elegir a los actores indicados para conseguir eso. También la producción nos ha permitido ensayar en la propia casa, lo que ha facilitado mucho las cosas. En muchas escenas yo les propuse que fueran ellos los que fijasen los códigos de la pareja y que no me los contasen, lo que creo que hace más natural todo.

Esto hace que los actores tengan mucho peso

Totalmente.

Decías antes que la película parte de la novela de Isaac Rosa, pero tú la has tomado como inspiración.

Creo que el libro es inadaptable, por eso yo elegí la manera del recuerdo. Además, Isaac Rosa me lo puso todo muy fácil. Él entendía que iba a ser una obra diferente de su libro. Como si se la hubiera pedido un escultor. Eso me dio alas para hacer un cine más contemporáneo, con rupturas narrativas que permitiesen una aproximación al espectador, pero con un andamio bien construido.

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