"Nunca he estado buscándolo. Quiero decir, quizás es ese el problema. No tengo mucha ambición. No tengo esa desesperación de '¡tengo que conseguirlo!'. Sé lo difícil que es ser actor, empecemos por ahí, pero ser un actor con trabajo, eso ya es para estar agradecido. A mí me encanta hacer reír a la gente. Creo que es tan válido como hacer que la gente se quiera suicidar", declaró al periódico Metro. Aniston -que se esperaba que fuera nominada al Óscar por su papel en el drama 'Cake'- asegura que no ha podido interpretar papeles en películas dramáticas porque se los daban a otras actrices, y admite que después de su actuación en 'Separados' (2006) se planteó si había sido una mala elección haber interpretado tantos personajes cómicos.
"De repente sentí: ¿Qué he estado haciendo durante los últimos 20 años? Te rascas la cabeza y piensas: ¿Fue tan irrespetuoso y horrible? Porque obviamente la comedia no está tan reconocida como el drama. Pero yo creo que la comedia es muy difícil. Estuve durante 10 años en una serie, 'Friends', y vi muchos actores que venían e intentaban ser graciosos, y yo les decía: '¿Ves? ¿A que no es tan fácil?'. Pero lo parece", añadió a la misma publicación.