Will Smith nos ha vuelto a dejar con la boca abierta. El actor lleva varios meses protagonizando jugosos titulares por aspectos inéditos de su vida privada, ya sea por sus relaciones amorosas, sus pensamientos parricidas, sus problemas económicos o su dura infancia. Una serie de confesiones inéditas transcritas en su nueva autobiografía, ‘Will’, donde habla sin filtros sobre sus problemas con el sexo, que llegaron tras tomar la decisión de refugiarse en otras mujeres al enterarse que su primera pareja, Melania Parker, le estaba siendo infiel.

“Necesitaba desesperadamente un alivio, pero como no hay píldora para el desamor, he recurrido a los remedios homeopáticos y a relaciones sexuales desenfrenadas”, recordaba esta crisis surgida tras poner fin a su primera historia de amor. “No había tenido sexo con ninguna otra mujer que fuera Melanie, pero durante los siguientes meses me convertí en una hiena". Un desenfreno sexual que, lejos de resultar satisfactorio, fue “desagradable”.

“Desarrollé una reacción psicosomática al tener un orgasmo. Podía literalmente tener arcada y a veces incluso vomitaba”, rememoraba Will, que rogaba “a Dios que la bella desconocida” fuera la indicada para amarle y le hiciese desaparecer el dolor que padecía, “pero invariablemente, allí estaba, con arcadas y miserable. Y la mirada en los ojos de la mujer con que estuviera profundizaba aún más mi agonía”, describía minuciosamente sus sensaciones en esta biografía, que estará disponible en nuestras librerías el primer día de diciembre.

Por fortuna para el intérprete del icónico ‘príncipe de Bel Air’ este capítulo pertenece al pasado. El punto de partida de este cambio fue conocer a su actual mujer, Jada Smith, aunque sus comienzos también estuvieron marcados por el sexo: “Bebíamos y manteníamos relaciones varias veces al día durante cuatro meses consecutivos. Empecé a preguntarme si era una competición”. Después de visitar a un experto en sexo tántrico y recurrir a rituales con ayahuasca, Smith logró estabilizar su vida: “Limpié mi mente, me permití saber que está bien ser como soy y ser quien soy”.

Jada Pinkett también hizo públicos los problemas sexuales con los que tuvieron lidiar en sus inicios. La mujer de Will desarrollaba su propia experiencia para incidir en el problema que afectas a muchas parejas, que es la comunicación. “Empezamos en esto a una edad muy temprana, ya sabes, 22 años. Es por eso que la parte de la responsabilidad realmente me golpeó porque creo que esperas que tu pareja sepa lo que necesitas, especialmente cuando se trata de sexo. Es como: ‘Bueno, si me amas, deberías saberlo. Si me amas, deberías leer mi mente”, reivindicaba la importancia de que se conversara sin tabús. “Dime lo que necesitas. Dime lo que quieres […] Es incómodo, pero es saludable, y pienso en el sexo porque es algo de lo que se habla y hay mucha fantasía a su alrededor”, reivindicaba.