Los aficionaros a la lectura saben mejor que nadie que, quien tiene un buen libro posee un tesoro. Y aunque en cuestión de gustos no hay nada escrito, lo cierto es que una buena recomendación siempre es bienvenida. En un mundo en el que las redes sociales se han convertido en un potente medio de comunicación, Instagram se ha consolidado como una herramienta capaz de marcar tendencias.

Y más allá de los perfiles centrados en moda y belleza a los que estamos tan habituados, también en el mundo de la cultura es muy potente. Incluso nuestras políticas se animan a compartir con sus seguidores sus favoritos de cine y literatura como si de una 'influencer' se tratase. La última ha sido Yolanda Díaz, que recientemente ha publicado una historia en su cuenta de Instagram donde invita a leer una novela que, según ella, es una auténtica "joya literaria": 'Pipas' de Esther L. Calderón. La autora explica a Divinity.es que "es una obra en la que se mezcla la ficción y el ensayo, como puñados de pipas que te echas en la mano de una bolsa" y que escribió para que el lector se enganchase como al comer pipas, "y que no pudieses parar de leer".

Para todos aquellos que deseen seguir la recomendación de Díaz, hemos hablado con la autora para descubrir en profundidad los entresijos de este tesoro por descubrir.

Pregunta: En tu novela los protagonistas se sientan cada sábado a comer pipas en un banco… Una costumbre “muy de aquí”: ¿qué es lo primero en lo que piensas cuando te sientas en un banco a comer pipas?

Respuesta: Las pipas son un símbolo, no solo de mi generación sino de varias anteriores. Un tiempo comunitario, como un mantra, una pausa colectiva en la que imaginábamos, primeros adolescentes nacidos en democracia, aburridos entre pisos en la periferia, quienes queríamos ser.

¿Qué mensaje querías transmitir con este libro?

Este libro tiene muchas de mis obsesiones: cómo nos relacionamos con nuestros deseos, el centro y la periferia, las clases sociales, cómo todo eso construye una identidad, incluso qué es una identidad. Todo ello a través de un grupo de amigos y un trío amoroso en la periferia industrial santanderina, pero podría ser en cualquier provincia, justo en el año antes de irse a la universidad, cuando unos se quedarían y otros se marcharían. Hay amor, sensualidad, drogas, alcohol, amistad, violencia machista, música y tres generaciones unidas por la idea de progreso, que las atravesó como en ningún otro momento de la historia de españa. También sentido del humor y ternura, que no se nos olvide eso.

En el libro se mezcla la ficción y el ensayo, como puñados de pipas que te echas en la mano de una bolsa. La idea era que, como al comer pipas, no pudieses parar de leer. La ficción nos cuenta y el ensayo nos explica. Quería tomar la temperatura emocional de una época: cómo esas tres generaciones se vieron íntimamente unidas, cómo los abuelos agricultores llegaron a las periferias industriales en los 60 para hacerse obreros, como esos obreros y sus hijos se hicieron llamar clase media en los 80 y cómo los primeros adolescentes nacidos en democracia tuvieron el mandato (con su reverso tenebroso también) de hacer realidad los sueños de todo el clan.

¿Crees que ha cambiado la forma de ver la vida entre los jóvenes de 20 años de ahora y los de hace 2 décadas?

Sobre todo ha cambiado el sentimiento comunitario. El sentido emocional. Para los primeros adolescentes de la democracia había un plan: la clase media hizo un trato con las instituciones para ser mejor. Ser mejor ella y las instituciones. Un trato que la clase media cumplió y las instituciones no. Ahora sabemos que los flujos de dinero y poder siguieron siendo, por debajo, los mismos que antes de la Constitución.

Los hijos de las familias que se fueron del pueblo a la periferia, un hecho que prácticamente en todas las familias españolas se ha vivido de una u otra manera. ¿Qué es, desde tu punto de vista, lo mejor y lo peor de criarse así?

Uno de mis abuelos vino desde Burgos a trabajar a una fábrica de la periferia, el otro desde el interior de Cantabria a otra. Mis abuelas sostuvieron la familia. Eso pasó prácticamente en toda España. Los ex pobres mandaron luego a sus nietos a la universidad con un sistema de becas y ahora nosotros, al borde de los 40, estamos intentando darles un relato, a ellos y a nosotros mismos. Saber quiénes fuimos para entender quiénes queremos ser. Fuimos a la universidad como con quien va a la fábrica, con la ideología del trabajo en vena. Y eso tiene cosas buenas y malas, como el maldito sacrificio o pensar que no mereces el placer por el placer.

Recientemente, Yolanda Díaz te ha recomendado en su cuenta de Instagram, ¿te sientes halagada?, ¿imaginaste que tu obra tuviese tanta repercusión?

Fue una sorpresa enorme, la verdad. Me hizo ilusión que Yolanda Díaz dedicase un tiempo a leer 'Pipas' y que le gustase, es bonito pensar que el libro vuela solo y ya no es tuyo. Supongo que algunas de las cosas sobre estas tres generaciones que se cuentan en el libro le resuenan. De hecho, me parece casi un milagro y un honor que cualquier persona dedique un tiempo íntimo a disfrutar de 'Pipas'.

¿En la biblioteca de qué celebridad te gustaría ver tu libro?

En realidad, me encantaría verlo en la biblioteca de cualquier lector de este artículo. Aunque me haría especial ilusión que lo leyesen escritoras que me gustan y a las que he querido parecerme mucho sin éxito: Lorrie Moore, Joan Didion, Tessa Hadley, Leila Guerriero... ¡Y comentarlo de fiesta con Tilda Swinton!

¿Cómo te ves en 10 años? ¿Y a las futuras generaciones?

Me veo escribiendo frente al mar y durmiendo siestas. Se me hace muy difícil, con tanta incertidumbre, adivinar el futuro de las siguientes generaciones, que será el nuestro también. El reto estará en evitar a la extrema derecha.

Aunque vivimos en la era de la información, también hay mucha desinformación. ¿Crees que los jóvenes seguirán reflexionando tanto sobre la vida cómo lo hacíamos nosotros?

La juventud es un momento vital que está, por definición, lleno de deseos. Hasta arriba de eros: la vida y su belleza por hacerse. Primeros besos, primeras veces, imágenes mentales brillantes. Otra cosa es cómo esa pasión y esas ganas choquen con lo social.

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