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Estudió Magisterio, pero la vida le cambió radicalmente cuando una discográfica llamó a su puerta. De adolescente le regalaron una guitarra y fue su punto de partida para comenzar a componer. Actualmente tiene a su espalda siete discos y una larga trayectoria profesional. Sin embargo, en ocasiones, lamenta no haber elegido otro nombre artístico.
Conchita siente que cualquier marca hay que pensarla "muy bien" y que ella no pensó en eso cuando decidió ponerse su propio nombre como resultado de su proyecto artístico. "Sí que creo que me puse una zancadilla, pero aún así me está yendo bien", nos cuenta en esta entrevista exclusiva. La artista cree que con su voz "dulce" y un diminutivo es un poco "bola de merengue" y ella no se considera eso. "Cuento muchas cosas muy duras también. Lanzo canciones con mucho mensaje y no es solo una cosa de dulzura, no me siento muy identificada con eso", admite.
Para romper con la imagen que muchos tienen de ella, Conchita se define como "una tía luchadora y perseverante" que tiene las ideas muy claras y que va "a por ellas a muerte". "No sé si está mal ser cursi, cada uno es como es y desprende lo que desprende. Se tiende a pensar en algo débil y no soy para nada eso. Creo que eso está cambiando. Creo que la gente está cambiando ese prejuicio", dice la artista, tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia.
Conchita sufrió durante su embarazo una preeclampsia severa que le obligó a provocar el parto de su hijo cuando solo llevaba siete meses de embarazo. La cantante tuvo que pasar una semana en la UCI y estuvo tres días en coma, un "golpetazo de la vida" que le ha permitido aprender "un montón de cosas". "A veces perdemos mucho tiempo en problemas que no son problemas. A veces no es el problema, es cómo lo enfocas tú. Cuando te pasa algo así, tan heavy, casi todo ahora mismo me da igual", dice la cantante, que lo "único" en lo que se centra es en tener salud.
Muy enfocada en la maternidad, Conchita nos habla de conciliación. Ser artista no es siempre complatible con ser madre, al menos no con poder dedicarle a tu hijo todo el tiempo que te gustaría. La artista considera que por el "principio básico" de no poder estar en dos sitios a la vez, la conciliación se hace difícil y te obliga a tomar decisiones. Se considera una afortunada por poder recoger a su hijo Leo del colegio y pasar la tarde con él, pero eso la obliga a renunciar "a un montón de cosas".
Con la imagen de su hijo, que tiene cinco años, no hay debate. Con más de noventa mil seguidores en Instagram, Conchita tiene muy claro que la imagen de un menor hay que protegerla, y el tema de las redes sociales es algo que le enfada. "Antes íbamos a casa de nuestra madre, con nuestro novio nuevo, y sacaba el álbum de fotos y te morías de la vergüenza. Creo que este Gran Hermano que estamos haciendo con los hijos no va a traer nada bueno", dice, segura de que en unos años se prohibirá exponer a los menores de esta forma.
Ser artista le permite vivir esa parte "divertida" de elegir ropa que en otra ocasión no se pondría para subir a un escenario o desfilar por una alfombra roja. Sin embargo, cuando tiene un concierto, la artista es de las que está más pendiente "de mil cosas" relacionadas con su música que de la ropa que se va a poner. "Soy un desastre", nos dice entre risas.
Más allá de esa parte divertida, Conchita considera que hay una contradicción en la sociedad actual. Por un lado se escucha mucho el querer "normalizar todo", pero por otro "todo el mundo es perfecto hoy en día". "Eso a mí no me pasaba cuando tenía 15 años. Es superdifícil ser adolescente ahora mismo. Hay dos corrientes muy diferentes: 'Vale, acepto mi cuerpo, pero lo que ves ahora todo es que todo el mundo es guapísimo'", nos dice sobre la sociedad. ¡Dale al play y no te pierdas esta entrevista completa!