Ana Belén y Víctor Manuel, la 'familia elegida' de Serrat que lo celebró en Asturias: su historia de amistad

Hay amistades a prueba de bombas, que duran toda una vida. Una de ellas la hemos visto brillar ante nuestros ojos hace solo unos días, cuando Joan Manuel Serrat recibió el premio Princesa de Asturias de las Artes. El cantante dio su discurso de aceptación rodeado de su familia, pero también de su "otra familia": sus amigos Ana Belén y Víctor Manuel, que lo aplaudían emocionados. Pero ¿cómo y dónde comenzó esa relación de cariño entre los tres?

Sabemos cuándo se conocieron Víctor y Joan Manuel (Juanito, como lo llama la pareja). Fue nada menos que en 1969, a través de la revista ‘Mundo Joven’, que reunió a varios de los artistas emergentes de la época. Hace más de medio siglo de aquello: un año antes, Serrat iba a ser el intérprete del famoso ‘La, la, la’ que terminaría cantando Massiel. En 1969, Víctor grabaría uno de sus primeros sencillos y lo haría precisamente en Barcelona, la tierra que vio nacer a su hoy gran amigo. 

Entonces, el asturiano ni siquiera conocía a Ana Belén, de quien se enamoró tres años más tarde. En aquel encuentro de artistas organizado por la revista, contaba Víctor, también se encontraban Juan Pardo, Julio Iglesias o Miguel Ríos. “Allí es donde yo empecé a conocerlos y a tratarlos”, explicaba Víctor Manuel en 2022. “Muchos años más tarde hemos sido muy amigos”, añadía. Aquella década, la de los 70, les sirvió para irse conociendo cuando coincidían en diversos eventos. 

En los años ochenta, Ana y Víctor comenzaron a residir en Menorca, isla que frecuentaba Serrat con sus hijos y su mujer, Candela. Aquel lugar fue, sin duda, uno de los espacios en los que la amistad fue estrechándose, ya que para todos ellos constituía un refugio, un oasis de paz. 

De aquella década queda alguna anécdota simpática, como la vez en la que, recién llegados a Menorca, un camarero confundió a Serrat con Víctor Manuel mientras le preparaba unos bocadillos. El catalán la contaba con motivo de una gira que reunió a los tres y a Miguel Ríos (Miguelín para los amigos) y que se convertiría, sin duda, en uno de los grandes hitos musicales de aquellos años.

Fue esa amistad la que “nos llevó a juntarnos”, explicaba Ana Belén mucho más tarde, en 2016, “cuando este tipo de conciertos no eran tan habituales”. Se refiere a ‘El gusto es nuestro’, una gira que emprendieron Ana, Víctor, Serrat y Miguel Ríos de más de 40 conciertos que los llevaron por toda España en 1996 y por Latinoamérica en 1997. Contra los agoreros que anunciaban que tantos meses juntos acabarían por romper su amistad, Ana afirmaba que “la convivencia nos reforzó aún más”. De aquella gira saldría un disco homónimo en directo, en el que podíamos escuchar a Serrat y Ana Belén cantando a dúo ‘Paraules d’amor’ o a los cuatro entonando ‘Hoy puede ser un gran día’, la inolvidable canción que recordó en su discurso el pasado viernes la princesa Leonor. 

Por cierto: en una entrevista de 2022, Víctor Manuel comentaba que uno de sus objetos más queridos es un pequeño televisor en blanco y negro que Serrat compró para seguir los partidos de su amado Barça durante la gira y que terminó quedándose su amigo.

Tanto les gustó la experiencia, tanto los unió, que dos décadas después decidieron repetir con ‘El gusto es nuestro 20 años’, una gira de 14 conciertos a modo de aniversario y que definieron como “una fiesta de exaltación de la amistad”, más que una muestra de talento, ya que, con tantos años de música a sus espaldas, decían, no tenían “nada que demostrar”.

En 'Imprescindibles', de RTVE, Ana Belén hablaba de su amistad con Serrat como un camino que los tres han recorrido juntos para “alegrarte de todas las cosas que les ocurren” o “de acompañarlos cuando hay algún quebranto”. Unidos en momentos difíciles, como cuando a Serrat le detectaron un cáncer que felizmente logró superar, o cuando Ana y Víctor vivieron una crisis de pareja que dejaron atrás; pero también en los más hermosos, como el reciente Princesa de Asturias otorgado al "noi del Poble-sec". Allí, emocionados, en sus respectivas butacas, intentando contener las lágrimas sin éxito, estaba la “otra familia” de Serrat, Ana Belén y Víctor Manuel. Lágrimas de alegría que encerraban muchos, muchos años de cariño mutuo y momentos compartidos.  

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