El 5 de abril de 1994, Kurt Cobain se quitaba la vida pegándose un tiro en la sien en su casa de Seattle. El líder de Nirvana, que no fue capaz de aguantar la depresión y adicción que sufría, fue encontrado muerto tres días después. Desde entonces, el artista - que ya era uno de los más importantes del momento -, se convirtió en una leyenda de la música y dejó desolado a su ejército de fans. En aquel momento, además de una viuda, dejó a una niña que no tenía más de un año de edad.
Fue una auténtica estrella del rock, y no solo por romper los instrumentos tras cada concierto ni convertirse en un referente por su estilo, también por las ideas que defendía. "Si alguno de vosotros odia a los homosexuales, a la gente de distinto color, o a las mujeres, por favor hacednos un favor ¡dejadnos en paz! No vengáis a nuestros conciertos y no compréis nuestros discos", escribió en algunas copias de 'Incesticide' bajo la firma de 'Kurt (El rubio)'.
En la carta de despedida que dejó antes de suicidarse, el cantante de rock hacía una mención al futuro de su hija: "No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como me he convertido yo (...) su vida será mucho más feliz sin mí". Frances nació con el síndrome de abstinencia porque durante su embarazo, su madre, la también cantante Courtney Love, consumía heroína de manera habitual.
Cuando Courtney perdió la custodia de la menor, Frances pasó a vivir con su abuela paterna. Los escándalos llegaron cuando cumplió la mayoría de edad, se casó en secreto y tuvo un tormentoso divorcio en el que le pedían un millón de dólares. Esa cantidad es lo que costaba una de las guitarras de su padre que su exmarido se quedó con la condición de no pedir nada más ni sacar provecho de lo que había sido su relación.
Actualmente tiene más de un millón de seguidores en Instagram. En este espacio virtual, la hija de Kurt Cobain ha publicado fotos junto a su padre y ha hablado de los problemas que ella misma ha tenido con las drogas y el alcohol. En enero, tras un año sin publicar nada en redes sociales, Frances retomaba el contacto con sus seguidores para contarles que se había tomado "un descanso" que había sido muy bueno para su "salud mental, emocional y espiritual". "2021 me trajo más al momento presente que nunca, por lo que estoy profundamente agradecida", escribió.