'Ay mamá' Rigoberta Bandini: maternidad, cesárea, su hijo Nico y su vida en familia
Rigoberta Bandini es una de las trece participantes del 'Benidorm Fest'
Paula Ribó -así se llama- tiene un hijo junto a Esteban Navarro
La intérprete de 'Ay, mamá' hablaba sobre su reciente maternidad en una entrevista para Vogue
Rigoberta Bandini se ha convertido en uno de los nombres más buscados de los últimos días. La cantante se postula como una de las favoritas para alzarse con el micrófono de bronce del Benidorm Fest y representar a España en Eurovisión 2022 con su canción 'Ay mamá', en la que habla sin tapujos sobre la censura y la cosificación del cuerpo de la mujer. Detrás de este nombre artístico se encuentra Paula Ribó, una barcelonesa de 31 años que, como buena artista multidisciplinar, además de cantar, estudió teatro, es escritor y actriz de doblaje.
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En lo personal, la autora de éxitos como ‘Perra’, ‘In Spain We Call it Soledad’ o ‘Too Many Drugs’ comparte la vida junto a Esteban Navarro, del dúo cómico Vengamonjas. Junto a él tuvo a mediados de 2020 a su primer y único hijo, Nico.
“Me quedé embarazada cuando llevaba 6 meses con mi pareja. Siempre había querido ser madre, pero estaba cagada porque Rigoberta estaba en el cajón. Y te meten tantos miedos, que me alegro que esto esté funcionando. Ojalá haya chicas de generaciones más jóvenes a la mía que vean que se puede, que puedes tener un hijo y seguir. Sin ser Beyoncé, como una persona normal”, reflexionaba sobre la conciliación en una entrevista para Vogue.
Ella cree que el reto más interesante al que se enfrenta al criar a un chico es conseguir que se desprenda de “la carga pesada que nos han hecho entender que es la masculinidad”. Paula quiere que Nico “llore, que llore mucho. Es muy sanador y la vulnerabilidad forma parte de nuestra condición humana”. Igual de importante para la cantante es que la vida de su pequeño sea inspiradora: “¡Qué le emocione! Que conozca a personas bellas e interesantes, que entienda la amistad, el amor… me parece precioso”.
Consciente de que es fundamental estar arropada en la maternidad por una red de personas -familiares y amigos-, que te hagan “sentir que si tú te caes no pasa nada”, Rigoberta descubría en el medio citado lo que más le atrae de esta experiencia y lo que menos. A la catalana le motiva el “vivir una vida de cero de nuevo”, es decir, “acompañar a un ser humano al mundo y enseñarle, de la mejor manera que sabes, a gestionar sus emociones y a encontrar una estabilidad”. Sin embargo, extraña de su vida anterior la posibilidad de salir hasta altas horas de la noche “y al día siguiente poder levantarme a las 12”.
La terrible experiencia de Rigoberta Bandini en paritorio
En una entrevista para Flooxer, Rigoberta relataba aún “con piel de gallina” lo mal que lo pasó en el parto de su hijo. La candidata a representar a España en Eurovisión acudía al hospital en su semana 41 de embarazo para solicitar que no le indujeran el parto. Sin embargo, la ginecóloga tenía malas noticias para ella: la placenta ya no estaba alimentando a su bebé y su salud estaba en riesgo porque no estaba recibiendo el alimento necesario.
Los médicos me tuvieron que atar las manos y los pies para la cesárea
“No quiero cesárea, pero sacármelo ya, si no se está alimentando sacármelo ahora”, exclamó tras enterarse a los médicos, que le informaron que el protocolo les obligaba a inducirle el parto en primer orden. “30 horas dilatando, no dilataba ni a leches, me rompieron la bolsa con un daño horroroso”, no guarda un buen recuerdo de este día. “Mi parto era cuesta arriba no, lo siguiente. Mi cuerpo no quería parir, no me tocaba”, sigue convencida Paula.
La llegada de una matrona a paritorio le dio “muchísimo poder” a la cantante, que llegó a dilatar en una hora dos centímetros. Aunque parecía estar todo encarrilado y el niño estaba a punto de abandonar el cuerpo de su madre, un nuevo contratiempo cambiaba el rumbo del parto, el corazón del niño se empezó a parar, por lo que debían de realizarle una cesárea de urgencia. “Es muy bestia porque te atan de manos y pies”, señala Bandini, cuyo estado era tan malo tras tener el niño que tuvo que esperar diez minutos para poder cogerle en brazos.