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Los secretos que durante tanto tiempo habían permanecido ocultos han salido a la luz y aunque han provocado graves enfrentamientos familiares y han estado a punto de acabar con los Karasu, Asiye ha logrado que todas las heridas cicatricen y que sus hijos puedan empezar todos juntos una nueva vida. El dolor queda atrás y la matriarca de la familia ha conseguido poner punto y final a muchos años de sufrimiento, mentiras, traiciones y secretos, logrando así su ansiado sueño en el esperado gran final de 'Él es mi hijo'. Un apasionante episodio que nos ha mantenido en vilo hasta el último minuto y en el que en más de una ocasión hemos temido un fatal desenlace.
No ha sido fácil para Akça y Hasan, pero finalmente la pareja ha visto cumplido su sueño. Después de varios años sufriendo por haber entregado a Efe y tras salir a la luz la verdad sobre el pequeño y su familia adoptiva, todo saltaba por los aires y la pareja iniciaba una lucha titánica para recuperar a su hijo y recomponer una complicada relación marcada por los malos tratos. Superados todos sus problemas y convencidos de que ahora sí podían dar al niño una auténtica familia, han recuperado la custodia del pequeño, que ya vive junto a ellos. Sin embargo, en este último y apasionante capítulo, el miedo de perder a Efe ha vuelto a aparecer. Riza lo secuestra y la pareja y todos los Karasu temen lo peor.
Aterrados ante la posibilidad de que la tragedia les golpee nuevamente, han comenzado una intensa búsqueda del niño, al que han localizado en el cementerio, junto a la tumba de Ali, el padre de Hasan, que tras poner a salvo al pequeño tiene un tenso enfrentamiento con él.
Tras mostrarle la tumba de su padre y contarle lo que ocurrió hace ya más de treinta años, Riza le pone en bandeja la venganza. Sin embargo, no se va a salir con la suya. Hasan ha cambiado. Efe y Akça son lo más importante para él y no piensa jugarse a su familia por una vendetta que ya no tiene sentido. Furioso al no lograr que empuñe el arma, Riza apunta a Hasan con la intención de matarle.
Lo que no imagina Riza es que Asiye no va a permitir que le hagan más daño al niño que le arrebataron al nacer y está dispuesta a cobrarse su venganza. Rota de dolor al descubrir al fin donde está enterrado su gran amor, dispara al que fuera su marido y padre de sus hijos. Riza muere junto a la tumba de su gran enemigo y paga con su vida todo el dolor causado durante años.
Sin embargo, la venganza le cuesta muy caro a Asiye. Tras pedir perdón a su gran amor frente a su tumba, la matriarca de los Karasu acaba en prisión, donde renuncia a tener cualquier tipo de relación con sus hijos. Es hora de que ella también pague por todos sus pecados. "No puedo perdonarme. Aunque mis hijos me perdonen, yo no puedo hacerlo. Me iré muy lejos. Me arrebataron mi juventud, me arrebataron a mi primer hijo, me arrebataron mi felicidad y mi maternidad. Me lo arrebataron todo. También me han quitado la vida. No me queda nada. No viviré con este dolor. Nunca perdonaré a dos personas. A mi padre y a Riza. Me iré de aquí a donde nadie pueda volver a encontrarme. Tienes que ayudarme", le dice a su abogado cuando le asegura que podría sacarla de la cárcel en unos meses.
Pese a la tragedia vivida y aunque Asiye está cumpliendo condena, la felicidad llega al fin a la familia y Hasan y Akça tienen la oportunidad de reconstruir sus vidas y empezar de cero al lado de su hijo. Superados todos los obstáculos y diferencias y solventados todos los problemas familiares, la pareja deja atrás su trágico pasado y se dan el esperado 'sí, quiero' formando por fin la familia feliz que durante tantos años soñaron. Lo que no imaginan es que el destino les tiene preparada una última sorpresa. Asiye, con el beneplácito de Ali Kemal, decide regalarles la mansión en la que durante tantos años ha vivido la familia. Allí podrán empezar una nueva vida.
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