Álvaro Morata y Alice Campello están a punto de ampliar (aún más) su familia. El matrimonio, muy emocionado, comunicaba a finales de junio que la influencer está esperando su cuarto hijo. Ambos habían manifestado en un sinfín de ocasiones que deseaban dar una hermanita a Alessandro, Leonardo y Edoardo, sus tres hijos. Un sueño que se ha hecho realidad, tal y como contemplamos en su emocionante ‘gender reveal’, ya que a principios del próximo año llegará su esperada ‘principessa’ para sumarse a los “tres mosqueteros” que tan felices hacen a la pareja.

Durante este tiempo, la italiana ha ido compartiendo en sus redes sociales cómo está viviendo su tercer embarazo, respondiendo periódicamente a todas aquellas dudas que le realizan sus incondicionales seguidores, que desde que se enteraron de la buena nueva desean saber qué nombre pondrán a su hija.

Antes de conocer el sexo de su bebé, la influencer bromeaba al confesar que, en el caso de traer otro varón al mundo, se habían quedado “sin recursos para nombres”, adelantando que Federico y Santiago eran las dos opciones que más papeletas tenían. Más alternativas tenían si, tal y como ha sucedido, los médicos les comunicaban que estaba gestando una niña. Bella, Vitorria, Lia y África eran los que más gustaban a la familia. Finalmente, mismo miércoles, tras haberse puesto de acuerdo con su marido, la italiana resolvía el misterio: su hija se llamará Bella Morata Campello.

La mujer del delantero del Atlético de Madrid afirma que la pequeña se “lo está haciendo pasar muy mal” durante la gestación, aunque ya tiene asumido “que mis embarazos son así”. Alice no puede hacer “nada que no sea estar tumbado porque siempre me encuentro mal”, con cansancio, dolor de cabeza y constantes náuseas que intenta controlar comiendo cada media hora “para que el estómago nunca esté vacío”.

De hecho, las dudas de sus fans también apuntan hacia la evolución física que lógicamente experimentará la italiana durante estos meses, más aun tratándose del tercer proceso de gestación que Campello atraviesa en menos de cinco años. Alice no está preocupada por su cuerpo, ya que es consciente de que tarde o temprano todos cambian, incluso sin maternidad de por medio. "Por suerte hay otras cosas más importantes", puntualizaba la empresaria, que tiene claro que va a ser imposible mantener la figura que tenía antes de estrenarse en la maternidad: "Nunca voy a volver a tener mi tripa de antes de estar embarazada. Pero estoy feliz igualmente".