Jorge Sanz está viviendo uno de los momentos más dulces de su vida. El actor, que en lo profesional acaba de estrenar la serie ‘Serrines’ junto a Antonio Resines y cuenta con multitud de proyectos a la vista, acaba de confirmar que a sus 54 años va a convertirse en abuelo por segunda vez.
Durante la presentación de su última serie, Jorge Sanz se ha dirigido a Europa Press, a los que ha confirmado que se encuentra “muy bien, demasiado bien”, mientras ha aprovechado sus palabras para sujetarse la chaqueta y simular que las comidas de estas Navidades han hecho su efecto. Algo que, según él, “tiene fácil arreglo”.
También ha asegurado al mismo medio que ahora mismo está lleno de proyectos ya que “estreno una película con José Mota y presento un libro y una obra de teatro el mes que viene”. A pesar de que reconoce que lo que hace es su pasión, al nuevo año le pide “trabajo lo justito. Salud un pelín sobrao’”.
Sin embargo, no ha mencionado otro de los grandes deseos de comienzo de año, la felicidad, hasta que ha decidido posteriormente aprovechar el momento para compartir la noticia: “Voy a ser abuelo otra vez, por segunda vez… Estoy feliz”, contestaba lleno de emoción a la pregunta sobre cómo se encontraba su familia, de la cual también ha destacado que están “muy contentos y tranquilitos en su casa”.
Así es como el ganador de un Goya por 'Si te dicen que caí' ha confirmado que su hija, Marta, está esperando otro bebé. Hacia esta última ha tenido también unas palabras y, como es habitual en él, lo ha hecho desde el humor señalando que "no es él el que ha cogido el ritmo, sino su hija".
Vega, la primera hija de Marta Sanz, primogénita a su vez del actor, llegaba al mundo en noviembre de 2021. Sin embargo, no era hasta principios de 2022 cuando Jorge compartía la primera foto junto a su nieta a modo de presentación hacia sus seguidores en las redes sociales.
“Con todos mis polluelos en casa... No cabe más amor. Qué ganas tenía de tener a Vega en VillaSanz! No tengo claro que les deje volverse”, escribió el actor junto a la imagen difuminada para proteger la identidad de la pequeña y en la que ambos descansaban ya en su domicilio. Una sensación que, sin duda, volverá a experimentar con el nacimiento de su segundo nieto del que por el momento, no se conoce el sexo.