Andrés Iniesta, una de las grandes figuras que ha dado el fútbol patrio en las últimas décadas, ha anunciado que se retira del deporte profesional El que es el futbolista español más laureado de la historia por el número de títulos alcanzados en su trayectoria deportiva de más de dos décadas pone punto y final a la misma a los cuarenta años y desde Dubái, donde ha jugado en la última temporada. La fecha de su adiós al balompié se formalizará mediante un acto el próximo 8 de octubre. Con motivo de su retirada, ponemos el foco en la vida familiar del centrocampista, que ha formado junto a Anna Ortiz y sus cinco hijos.
Comenzó como futbolista siendo apenas un niño de ocho años, en las categorías inferiores del Albacete, pero pronto el F.C. Barcelona pondría los ojos sobre él, y se instalaría en La Masía a los doce años. Sería el inicio de una larguísima carrera de dieciséis temporadas en el club blaugrana, con el que conquistó treinta y dos títulos. Paralelamente, como internacional con la selección española en sus más de ciento treinta partidos, logró dos Eurocopas y el mítico Mundial de 2010, siendo el artífice del gol de la victoria en la final contra Países Bajos.
En los últimos años, desde 2018, el manchego había dado un giro a su vida. Fue entonces cuando dijo adiós al Barça y se mudo a Japón, donde pasó varias temporadas hasta su fichaje por un equipo de los Emiratos Árabes Unidos. Junto a él en estos últimos viajes y mudanzas ha estado siempre uno de sus mayores apoyos: su familia. Porque de forma paralela a esta intensa trayectoria deportiva que le ha hecho ser considerado uno de los mejores centrocampistas de la historia, ha formado un numeroso clan con su mujer.
En 2007, Andrés acudió al bar de un amigo en Mataró y allí conoció a Anna Ortiz, que era camarera en el local. Hubo un flechazo "mortal" entre ellos, y él comenzó a intentar conquistarla, aunque al principio ella no le "daba bola". Finalmente, surgió la química y comenzaron a salir unos meses después. En julio de 2012 se dieron el 'sí, quiero' en una ceremonia civil celebrada en el castillo de Tamarit. Para entonces, ambos se habían convertido ya en padres por primera vez. Anna estudió asesoría de imagen, trabajó como estilista y con el tiempo se ha acabado centrando en su verdadera pasión, el interiorismo, como diseñadora.
Fruto de su relación sentimental han nacido los cinco hijos de la pareja: son Valeria, Paolo Andrea, Siena, Romeo y Olimpia. La primogénita, Valeria, nació en abril de 2011, menos de un año después de la histórica proeza de Iniesta en el Mundial de Sudáfrica. Siendo ya una preadolescente de trece años, sus padres han recalcado en alguna ocasión es la "mejor hermana mayor" para el resto de su descendencia.
El siguiente, nacido en mayo de 2015, es Paolo Andrea, su primer hijo varón que, como su hermana, nació en Barcelona, donde sus padres tenían fijada su residencia desde hace años. El niño tiene ya nueve años, y, como ha mostrado en alguna ocasión su progenitor, parece seguir sus pasos en el mundo del fútbol. El niño llegó apenas unos meses después de que perdiesen a otro bebé en el octavo mes de embarazo de Anna por un aborto espontáneo, una experiencia a la que se han referido en ocasiones.
Dos años después, en mayo de 2017, nació Siena, la mediana del clan y la última nacida en España, antes de que su familia pusiese rumbo a Japón. Con siete años cumplidos, Andrés y Anna se han referido a ella como una niña "independiente" y auténtica", el "alma libre" de la familia.
Romeo llegó otro bienio después, en junio de 2019, ya con la familia instalada en la ciudad nipona de Kobe, por lo que este verano ha cumplido cinco años ya. Amante de los dinosaurios y futbolista también, sus padres se han referido a él en redes sociales como un "personajillo" y un "disfrutón de la vida".
En tierras asiáticas nació también la pequeña de la familia, Olympia, que completó el clan en febrero de 2023. Un año y medio de vida tiene la hija menor del matrimonio, de la que su madre ha dicho que es "luz" y que se convirtió en "la sorpresa más mágica" que pudieron imaginar.