Este sábado, 14 de diciembre, fallecía a los 71 años Isak Andic, propietario y presidente no ejecutivo de la cadena de moda Mango. El terrible acontecimiento ocurría después de que el empresario cayera al vacío desde una altura de 150 metros mientras se encontraba de excursión por la zona de las cuevas de Montserrat, en Collbató, con algunos miembros de su familia, que junto a los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Hace seis años y tras algunas relaciones fallidas con Cristina Valls-Taberne, Adriana Abascal o Zenaida Bufill, el fundador de Mango veía nacer su historia de amor con Estefanía Knuth, la exgolfista profesional que nació en el año 1973 y que dos décadas después se convertía en campeona de España amateur.
A sus 51 años y después de una exitosa carrera en la que consiguió acumular decenas de premios, vive retirada del deporte aunque es miembro del Comité de la Real Federación Española de Golf y también tiene cargos en empresas familiares dedicadas al negocio inmobiliario.
En lo personal, antes de comenzar su relación con Andik en 2018, dio a luz a tres hijos junto a Gonzalo Rodés, hijo del abogado Leopoldo Rodés y de quien se separaba en 2008.
A finales de los 70, cuando ya había comenzado a labrar una trayectoria profesional que en 1984 le llevaría a abrir su primera tienda en el Paseo de Gracia de Barcelona y que posteriormente le convertiría en uno de los empresarios más exitosos de nuestro país, Isak contraía matrimonio con Neus Raig. Fruto de su romance, que duró alrededor de veinte años, llegaron al mundo sus tres hijos: Jonathan, Judith y Sarah.
Los dos primeros compartían en la actualidad tiempo y espacio junto a su progenitor en la junta directiva de Mango: en el caso de él, como vicepresidente ejecutivo y consejero delegado del gigante textil, así como director de Mango Man, la división dirigida al sector masculino; y en el de ella, como diseñadora de algunas de las colecciones exclusivas y sostenibles de los últimos años que buscan escoger materiales más respetuosos, fomentando procesos de menor impacto ambiental.
Es el primogénito de 42 años el que ahora se convertirá en la cara visible del negocio tras el fallecimiento de su padre, que después de pasar por varios internados en Suiza y estudiar Comunicación Audiovisual en Estados Unidos y Contabilidad y Finanzas para Directivos en IESE, le cedía el mando de la empresa que él mismo tuvo que retomar dos años después tras una deuda de casi mil millones de euros.
En cuanto a la más pequeña de los tres hijos del magnate, Sarah, ha finalizado su formación en gestión de empresas de moda con trabajos en otras firmas de renombre. En la familiar, sin embargo, hace dos años se unió al consejo de administración de Punta Na, el holding que controla Mango.
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