A pocos días de verse las caras con Bertín Osborne en un juzgado (la vista según ha revelado Beatriz Cortázar está prevista para el día 22 de enero), Gabriela Guillén se ha mostrado más dura que nunca con el padre de su hijo, que el pasado 30 de diciembre cumplió un año. Un día muy especial que su madre quiso celebrar por todo lo alto con una fiesta temática que compartió a través de sus redes sociales. 

Aunque el pasado mes de junio, el cantante reconoció públicamente su paternidad, Gabriela Guillén ha seguido adelante con la demanda que interpuso contra él con el fin de tener una sentencia legal y no meramente las palabras del artista, que reconoció su responsabilidad con el bebé con la intención de darle el mejor futuro. Algo que a juzgar por las últimas palabras de Gabriela no se está produciendo. Sus palabras han sido contundentes. "Económicamente me ocupo yo", ha dicho a los compañeros de la prensa. 

En apenas unos días, Gabriela tendrá la oportunidad de reencontrarse con Bertín Osborne y se muestra confiada en lo que ocurra en sede judicial. "Tengo la conciencia tranquila con lo cual estoy muy bien. Todo lo que se tenga hacer ya lo dictará el juez. Así que estoy muy tranquila", ha señalado a los compañeros de la prensa. 

Mucho más contundente y tajante ha sido cuando le han preguntado si no lamenta que Bertín Osborne no esté ejerciendo de padre con su pequeño, del que no ha trascendido ninguna imagen pública y del que incluso se desconoce el nombre. "A él tendría que darle pena, a mí no. Estoy encantada", ha contado a la vez que ha insistido en que su bebé es su mayor alegría a pesar de la complicada relación que mantiene con su progenitor. "Veo todos los días a mi hijo y su sonrisa me da la vida", ha dicho, dejando claro que la relación con Bertín Osborne, que todavía no conoce al menor, es totalmente inexistente. 

Además según ha señalado, tras más de un año de duro enfrentamiento no tiene intención de insistirle al cantante para que tenga relación con el menor. Ni siquiera para que le conozca. En este momento, lo único importante para Gabriela es que su hijo esté bien, esté sano y crezca feliz. "Lo que me gustaría ya es otra cosa. Que mi hijo esté bien de salud y que, Dios quiera, nunca le pase nada. Esa es mi tranquilidad. Lo que hagan los demás ya no depende de mí. Así que cada uno tiene su conciencia, su vida... y harán lo que tengan que hacer en el momento que crean. Yo ahí no me voy a meter. No soy quién para exigir ni imponer", ha terminado diciendo.

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