El pasado sábado, Sara Carbonero dedicaba una carta a su abuela con motivo de su cien cumpleaños. “Vamos a batir un récord”, aseguraba en su publicación. Sin embargo, solo cuatro días después anunciaba el fallecimiento de la que había soplado las velas en la celebración de su siglo de vida.
Ahora, la periodista ha reaparecido en sus redes sociales, donde de nuevo ha vuelto a dirigir un emotivo homenaje a su familiar con el que le ha dado el último adiós y ha dejado evidencia del duro momento que atraviesa tras su pérdida.
En su perfil de Instagram, Sara ha compartido una fotografía de unas rosas blancas, que simbolizan la pureza y el agradecimiento en un gesto de amor hacia la que hace unos días definía como su “guía, faro y ángel de la guarda”. Junto a la instantánea, ha recordado la comida en la que su abuela reunió a sus seres queridos y a la que nadie faltó: “Te estabas despidiendo de todos nosotros y no lo sabíamos. También te digo que si hubiese sabido que ese sería el último abrazo, no te habría soltado”, se ha sincerado hacia la que ha prometido que sus hijos, nietos y bisnietos guardarán “cada palabra, cada mirada, cada aplauso y cara de emoción al soplar las velas”.
Haciendo alusión a uno de los temas de Serrat, la periodista ha sentenciado lo “caprichoso que es el azar” en unas palabras en las que ha confirmado que su pérdida se produjo solo dos días más tarde de la celebración: “Parece un mal sueño. Te vamos a extrañar siempre, siempre. Serás irremplazable y cómo duele”, ha señalado.
A pesar de los acontecimientos, Carbonero se queda con la sensación de haber disfrutado hasta “su último suspiro” y ha recalcado su manera de irse, “sin hacer ruido, sin quejas, entre susurros y diciendo te quieros”, con su camisa "preferida del lazo azul, bien peinada, con pendientes, zapatos y dos rosarios entrelazados en las manos”, dejando evidencia de la ilusión que la fallecida mantuvo durante su día especial.
Era ella misma la que solo unas horas antes le garantizó que iban a “a batir un récord”, actitud que sostiene por las muestras de cariño que han recibido desde que se produjera su muerte por parte de todos los que han querido despedirse de ella y que, entre lágrimas y risas, han recordado las anécdotas a lo largo de su vida y la “mujer buena con un corazón inmenso y sin malas palabras” que siempre fue.
La presentadora no ha querido finalizar su escrito sin volver a mostrar gratitud hacia la que cumplía cien años por la “unión de la familia por su legado” y, del mismo modo, dejarles “el mejor recuerdo posible”: “Te imagino en un lugar de paz con un libro en la mano, con el abuelo recibiéndote con los brazos abiertos y pendiente de cómo va todo por aquí abajo. Vuela alto, abuelita. Cuídanos desde donde estés porfa porque te vamos a seguir necesitando. Mucho. Vivirás siempre en mí, somos una. Solo muere lo que se olvida”, ha concluido.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail