Álvaro Figueroa Griffith falleció el pasado viernes 21 de marzo a los 76 años. Aunque no han trascendido las causas exactas de su muerte, se sabe que su estado de salud llevaba años siendo delicado. En 2015, sufrió un ictus que le dejó secuelas graves, afectando a su movilidad y forzándole a utilizar una silla de ruedas. Desde entonces, su estado se fue deteriorando progresivamente, limitando su vida social y reduciendo sus apariciones públicas.

El IV conde de Romanones pasó sus últimos años entre Marbella, Extremadura y Madrid, donde residía en una vivienda familiar. Su última imagen pública fue en 2017, en el funeral de su madre, lugar en el que se le pudo ver con evidentes dificultades de movilidad. Ahora la familia ha decidido mantener total discreción sobre el fallecimiento, aunque se ha podido saber que se celebrará una misa en su honor el próximo martes 1 de abril en Madrid. 

Álvaro Figueroa Griffith era hijo de Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, III conde de Romanones, y de Aline Griffith, una aristócrata neoyorquina con un pasado como espía. Su padre, Luis, pertenecía a una de las familias más ilustres de la nobleza española y ostentaba varios títulos, entre ellos el de marqués de Santo Floro y conde de Quintanilla. Sin embargo, a diferencia de su abuelo, el célebre Álvaro de Figueroa y Torres, político y presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Alfonso XIII, Luis tuvo una vida mucho más discreta, centrada en la administración del patrimonio familiar.

Por su parte, Aline Griffith fue una figura de gran carisma y proyección pública. Nacida en Nueva York en 1923, llegó a España durante la Segunda Guerra Mundial como agente de la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos (OSS), con la misión de espiar a los nazis. En Madrid, se movió en los círculos de la alta sociedad y conoció a Luis de Figueroa, con quien contrajo matrimonio en 1947. Su vida quedó marcada por su doble faceta: primero como agente secreta y luego como escritora, periodista y anfitriona de la élite aristocrática española.

Aline y Luis tuvieron tres hijos, de los cuales Álvaro fue el primogénito y heredero del título de conde de Romanones. La relación entre ellos siempre estuvo marcada por el fuerte carácter de su madre, quien en varias ocasiones intentó reclamar para su hijo otros títulos nobiliarios sin éxito. Aline Griffith falleció en 2017 a los 94 años, dejando un legado de misterio en la historia de la aristocracia española.

En 1973, Álvaro Figueroa contrajo matrimonio con Lucila Domecq Williams en la Real e Insigne Iglesia Colegial de Jerez de la Frontera. Lucila es hermana de Sandra Domecq, primera esposa del cantante Bertín Osborne. La pareja tuvo cinco hijos y tras su divorcio, la anterior se casó en 2016 con Leopoldo Pérez de Villaamil en Jerez de la Frontera.

Su separación marcó un punto de inflexión en la vida del conde de Romanones quien, según allegados, experimentó una transformación personal que le llevó a pasar largas temporadas en Lourdes, en un aparente retiro espiritual.

Álvaro Figueroa Griffith tuvo cinco hijos fruto de su matrimonio con Lucila Domecq: Cristina, Carla, Álvaro, Lucila (más conocida como Lulu) y Alonso. A pesar de pertenecer a una familia aristocrática de renombre, la mayoría de ellos han mantenido un perfil discreto, alejados del foco mediático a excepción de Lulu, que ha conseguido una notable proyección pública gracias a su faceta como pintora e influencer.

Licenciada en Bellas Artes y con una destacada carrera en el mundo de la ilustración y la pintura, ha expuesto sus obras en varias galerías y ha colaborado con firmas de lujo. Además, ha trabajado como directora creativa y editora de revistas de moda y estilo de vida. En 2016, se casó con Adrián Saavedra en una boda que se celebró en la finca familiar de Jerez de la Frontera. Su perfil en redes sociales, donde comparte su arte y su estilo de vida, la ha convertido en una de las aristócratas más populares de su generación.

Por otro lado, Carla Figueroa tuvo un breve paso por la crónica social cuando protagonizó una portada de ‘Interviú’ y fue pareja de Willy Bárcenas, líder del grupo Taburete e hijo de Luis Bárcenas. Su relación con el músico llamó la atención durante un tiempo, pero tras su ruptura, volvió a una vida más discreta.

Álvaro Figueroa Domecq, el hijo mayor varón, ha heredado el título de conde de la Dehesa de Velayos. Aunque poco se sabe de su vida privada, se mantiene vinculado a los negocios familiares y a la gestión patrimonial. Sus hermanos, Cristina y Alonso, han optado por un perfil bajo y apenas hay información pública sobre ellos.

Álvaro Figueroa Griffith estuvo vinculado a destacadas familias aristocráticas y de la alta sociedad española. Su matrimonio con Lucila Domecq lo emparentó con los Domecq, conocidos por su tradición en la industria vinícola y ganadera.

Lucila era hermana de Sandra Domecq, la primera esposa de Bertín Osborne y madre de Alejandra, Eugenia, Claudia y Ana Cristina Osborne, lo que convirtió a los hijos de Álvaro en primos de las populares hermanas Osborne. Además, su madre, Aline Griffith, tenía estrecha amistad con figuras como la Duquesa de Alba y fue fotografiada junto a Jackie Kennedy durante una corrida de toros en La Maestranza.

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