A pocos meses de cumplir 52 años, Anne Igartiburu ha conseguido cumplir muchas metas personales y profesionales, pero no ha tenido una vida fácil. Cuando cumplió 16 años perdió de forma trágica a su madre, que falleció en un rescate de helicóptero cuando trabajaba como voluntaria de protección civil. “Murió salvándole la vida a otros”, aseguraba la presentadora en una entrevista con Toñi Moreno. Desde ese momento tuvo que llevar sola una casa “con un padre desecho que se quedaba sin su compañera y un hermano más pequeño”.
Empezó a trabajar en una empresa de ingeniería, pero rápidamente se dio cuenta de que lo suyo era la comunicación. En 2004, tras tres años de noviazgo, la presentadora se dio el ‘sí, quiero’ con el bailarín Igor Yebra, su primer marido. Juntos decidieron adoptar a Noa, su primera hija, que es de India y tiene 20 años. Pero el amor duró poco. En 2006, dos años después de convertirse en marido y mujer, la pareja se separaba.
En 2013, trece años después de su primera adopción, Anne Igartiburu decidió ser madre de nuevo, pero esta vez sola. De su viaje a Vietnam volvió con Carmen, su segunda hija, que actualmente tiene nueve años. Gracias a estas dos experiencias, la presentadora cataloga la maternidad como algo “muy enriquecedor”, a pesar de que “los procesos de adopción para madres solteras no son fáciles”, tal y como aseguraba en una entrevista.
La de Vizcaya volvió a pasar por el altar el 30 de noviembre de 2015, una boda secreta que tuvo lugar en el ayuntamiento de Elorrio, su localidad natal, con Pablo Heras-Casado, su actual marido. Es granadino, director de orquesta y se conocieron en una entrevista. En 2016 tuvieron su primer hijo en común, Nicolás, que convirtió a la presentadora en madre biológica a los 47 años. “Ya estás aquí. Te hemos esperado y deseado tanto”, decía Anne cuando dio la bienvenida a su tercer hijo.
La llegada de Nicolás les convirtió en familia numerosa. “He sido madre de acogida, madre adoptante y madre biológica, y también madrastra de cualquiera que se me pone por el medio”, decía entre risas la presentadora, que quiere terminar con los “prejuicios y estereotipos” de las familias que no son convencionales.