Han pasado 13 años desde que Borja Thyssen y Blanca Cuesta decidieran darse el ‘sí quiero’ en un enlace celebrado en Terrasa que fue la brecha definitiva en la relación de este con su madre, Tita Cervera. Su padre biológico, Manolo Segura, que falleció a los 77 años de edad, fue una pieza clave en la reconciliación de madre e hjio.
La pareja contrajo matrimonio después de 8 años de relación, protagonizando durante este tiempo uno de las historias de amor más cuestionadas de las últimas décadas. En contra de su propia familia y de la opinión pública, que no auguraba un buen futuro para el matrimonio, el tiempo les ha dado la razón y han formado una familia con cuatro hijos: Sacha, Eric, Enzo y Kala. Un matrimonio que en los últimos años se ha visto obligado a vivir separado.
En el año 2016 la pareja, en un intento por mantener a toda su familia unida, se mudaba a Londres. Sus diversos problemas con Hacienda y las grandes cantidades de dinero que conllevaba tributar en España hicieron que tomaran la dura decisión de vivir en diferentes países: Borja se mudaba a Andorra y Blanca, junto a sus 4 hijos, volvía a Madrid para instalarse en una finca ubicada en Pozuelo de Alarcón.
De hecho, el empresario únicamente puede pasar junto a su familia 183 días en España para evitar más problemas legales, por lo que aprovecha al máximo cuando viene a visitarlos. Una convivencia difícil que podría ser más dura en momentos como este, ya que la noticia del fallecimiento de su padre le habría pillado a miles de kilómetros y sin tener presente el apoyo de los suyos.
Sacha, de 12 años, Eric, de 10, Enzo, de 8, y Kala, de 5, se encuentran viviendo junto a su madre. Los tres hermanos mayores acuden a uno de los colegios privados más exclusivos de la Comunidad de Madrid y que se guía por el sistema educativo estadounidense. Aquí se impartiría el mejor inglés americano de la capital y tendrían como compañeros de clase a hijos de caras tan conocidas como los de Carolina Herrera. Mientras tanto, la más pequeña de los cuatro Kala, estaría estudiando en un colegio católico, según apunta el periódico el Mundo. Su educación, al contrario que la de sus hermanos, estaría diferenciada entre niños y niñas y estaría basada en los valores de la religión cristiana.
La familia Thyssen no está pasando un buen momento con la muerte de Manolo Segura, ya que mantenía una muy buena relación con todos los miembros. Era muy usual verle por estas fechas junto a su hijo, en diversos destinos como Ibiza, donde disfrutaban de la playa. La ruptura entre madre e hijo pilló al publicista en medio y siempre intentaba arreglar los problemas que habían surgido entre ambos. «Tenemos una relación de amistad de hace muchísimos años. Somos como familia y he procurado siempre intervenir, conciliar y apaciguar los malos entendidos entre Borja y Tita», reconocía a los medios, que confesaba que ambos tenían la capacidad de «hacer borrón y cuenta nueva y empezar una etapa como es normal de familia». Manolo podría haber sido clave fundamental en la reconciliación de ambos años después.