El 20 de junio de 2020, coincidiendo con el Día del Padre en Estados Unidos, Carlos Baute posaba con su hijo José Daniel, de 32 años, para anunciar su reconciliación. “Hoy es un día muy importante para nuestra familia. Después de tantos malentendidos por ambas partes, tenemos la relación de padre e hijo que debió haber sido siempre”, explicaba emocionado el cantante, que pedía “perdón” por sus fallos y manifestaba su intención de recuperar “el tiempo perdido”.

Después de arreglar malentendidos por ambas partes, ambos viven “un momento muy lindo”, tal y como nos explicaba en una entrevista exclusiva para Divinity, donde aclaraba que en este proceso había contado con el apoyo y la aceptación de su mujer, Astrid Klisans, con quien tiene otros tres hijos. Con ella y sus cuatro retoños ha posado el venezolano por primera vez en la revista ¡Hola!, donde ha recordado cómo y dónde fue el reencuentro con su primogénito, que nació cuando tenía tan solo 15 años.

“Fue el veinte de junio del dos mil veinte en casa de un amigo mío en Jaén. No quería estar en un sitio público. Fue espectacular hablar y darnos ese cariño que tanto nos merecíamos”, empezaba a recordar Carlos, que durante su viaje a esta provincia andaluza “estaba con mucha incertidumbre por si él sentiría lo mismo que yo”. Su encuentro, sin embargo, fue tal y como había soñado. “Fue superemocionante. Primero, nos abrazamos. Mucha, mucha conexión, cariño, verdad y respeto. Luego, lágrimas de emoción cuando lo dejé”.

Carlos tenía claro que este primer encuentro debía ser “privado”, ya que era un asunto que solo les concernía a ellos. El camino hasta este día, hasta este punto de inflexión en su relación, no fue un camino de rosas y hubo muchos “momentos tristes”. Incluso el artista lamenta la existencia de “terceras personas que crearon nubes grises” entre ellos. Pero eso forma parte del pasado y ninguna de las dos partes guarda rencor por las decisiones tomadas en el pasado. José Daniel encontró en el músico “no solo un padre, sino un amigo”.

José Daniel, cómplice con su padre durante toda la entrevista, admite que debía “haber buscado otro camino para llegar a mi padre”, pero se queda con que, “sin duda, valió la pena esperar para tener esa relación que actualmente tenemos”. Él recuerda su acercamiento con su padre como algo “positivo”, porque considera que ambos estaban en ese momento muy receptivos. “Desde que nos vimos, empezaron las bromas para romper el hielo y de cierta manera eso ayudó para que fluyera la relación”.

Nunca hubiese imaginado que su padre tomara las riendas y se pusiera en contacto con él para charlar sin abogados de por medio: “Él me llamó por teléfono, me dijo que quería quedar concmigo y se acordó una reunión en casa de un amigo. En principio, me quedé en shock, no me lo esperaba, pero a la vez sentí que el momento había llegado”.

Dice que su “madre está encantada” con este acercamiento, “más que nada porque me ve bien, me ve plenamente feliz y creo que uno de los deseos más grandes de una madre es ver a su hijo feliz”. Y, pese a que lleva tiempo sin verse en persona con ella por culpa de la pandemia, sabe que ahora tiene aquí una familia numerosa que le ha acogido con los brazos abiertos. El trato con sus hermanos pequeños es inmejorable (“son cariñosos y juguetones, la alegría de la casa”) y, además, ha encontrado en la mujer de su padre “una mujer cariñosa y encantadora” con quien puede conversar como “una gran amiga”.