¿Cuál es vuestro secreto?
Carolina: Tenemos la misma prioridad y el mismo objetivo común: crear una familia, tener nuestros hijos y vivir en estabilidad y armonía. No dejamos que nada se anteponga a nuestro proyecto familiar. El problema de este siglo es el individualismo, en nuestro caso somos dos con la misma forma de entender y vivir la vida y eso nos funciona.
¿Vuestra prioridad son vuestros hijos?
Carlos: Hasta ahora ha sido así.
Carolina: En primer lugar están mi marido y mis hijos y luego ya podemos encajar el trabajo, el ocio, los amigos, los viajes… Pero ellos están arriba del todo en la pirámide de prioridades.
¿Habéis rechazado trabajos por quedaros en casa con ellos?
Carolina: Sí, ¡y quiero reivindicar que los dos lo hemos hecho! Siempre me preguntan si él no rechaza trabajos como hago yo, y claro que lo hace. Ambos hemos dejado de viajar o de coger trabajos porque al juntar agendas era yo la que decidía afrontar en un momento dado esa actividad profesional y él ha cancelado su trabajo, o porque ha decidido que no era el momento de afrontar ciertos retos profesionales porque conllevaban estar mucho tiempo fuera de casa.
¿Por eso dejaste la capitanía del equipo español de Copa Davis?
Carlos: Cuando el trabajo merece la pena y el objetivo común del equipo es fuerte, haces el esfuerzo. Pero cuando el objeto de hacer algo no es tan fuerte, te das cuenta de que no merece la pena. Eso es lo que yo me encontré ese año y, dadas las circunstancias, creí oportuno dejar el equipo y estar más tiempo con mi familia en casa.
¿Cómo os organizáis en casa?
Carolina: Un día normal, nos levantamos, desayunamos todos juntos y los dos llevamos los niños al colé. Hacemos lo que toque (compra, un café, deporte o trabajo). Solemos comer juntos y a las cinco, cita obligatoria para recoger a los niños del cole. A partir de ahí, afrontamos el día con ellos: jugar, actividades, baño, poner pijamas y luego ese momento que nos encanta, después de cenar todos juntos.
¿El momento perfecto de los cinco juntos?
Carolina: Estos días de invierno, nublados y con frío, en los que estás con la ropa cómoda de andar por casa, son las siete, los niños andan jugando y enseñándote cosas. Mi marido y yo en el sofá o tirados con ellos en el suelo y sabes que tienes toda la tarde por delante para estar con ellos y sin tener que hacer nada. ¡Me encanta!
¿Y cuando toca trabajar?
Carolina: la verdad que tenemos suerte porque tenemos mucha ayuda, pero siempre intentamos estar uno de los dos. Y días como hoy, que tenemos que salir los dos, siempre tenemos una abuela dispuesta, aunque olvemos siempre volando. Hoy, por ejemplo, hemos cogido un avión a las seis de la mañana y volvemos ahora, antes de que ellos salgan del cole.
Carolina, ¿por qué ese break de dos años sin trabajo?
Carolina: ¿Sabes cuando estás metida en lo tuyo y dices, me encanta mi trabajo, mi vida, la velocidad, el vértigo… pero realmente yo lo que quiero es otra cosa? Quería formar una familia y encontrar mi ancla al mundo, mi motor. Puedo seguir viajando y trabajando, pero necesito un campamento base, una familia que siempre te haga volver y sea tu motor para todo. Y tuve la suerte de encontrarme con una persona que opinaba exactamente lo mismo que yo y que, además, me apoyó en mi decisión. Es más, él incluso me lo fomentaba, me decía que disfrutara, y que habría tiempo de hacer todo.
¿Cómo os conocisteis?
Carolina: Uy, ¡esto lo cuentas tú! (A Carlos).
Carlos: Pues a través de un amigo en común. Yo busqué un poco que se encuentro se produjera (risas). Y desde entonces hasta hoy.
¿Qué tal tu vuelta a la pequeña pantalla Carolina?
Carolina: Muy bien, aunque siempre hay que mantener ese pulso con la tele para que no te termine de absorber. Gracias a dios, se respeta esto que hablábamos de parar y tomarse un tiempo. Pero en cuanto dices “quiero volver”, empiezan a salir muchos trabajos (cosa que agradezco), pero claro, tengo que decir: poco a poco, que mis hijos no han desaparecido, ¡siguen estando aquí!
¿Y ahora, ¡cantas!?
Carolina: Este es otro gran proyecto del que podré hablar detenidamente y con todo el tiempo del mundo más adelante. Es un proyecto para el 2016, es muy bonito, empezó siendo algo personal y se ha convertido en algo profesional.
Carlos, ¿canta por casa?
Carlos: Sí, siempre le ha gustado.
Carolina: ¡Canto nanas a mis hijos!