Elena Furiase y Alba Flores han estado siempre muy unidas. Las hijas de Lolita y Antonio Flores, que se llevan solo dos años, comparten profesión y también son comadres. Tal es su complicidad que la actriz de ‘La casa de papel’, más allá de que lograra emocionar a su prima con un emotivo discurso en el día de su boda con Gonzalo Sierra, aceptó muy ilusionada cuando recibió la propuesta de ser la madrina de Noah, el primogénito del matrimonio.
No hay persona ni titular que sea capaz de romper este vínculo entre primas. Así lo ha hecho saber Elena en su perfil de Instagram, donde, muy enfadada, ha compartido un titular que no le ha hecho ninguna gracia: ‘El legado de Lola Flores enfrenta a sus nietas Alba Flores y Elena Furiase’.
“Harta de ese tipo de titulares falsos y absurdos. Luego te lees la noticia y no tiene nada que ver”, colgaba una captura de una noticia que recoge en el interior unas declaraciones de Alba Flores en las que rechaza tajantemente la idea de interpretar a su abuela en un futuro, viendo a su tía como una gran candidata para este papel. “¡No busquéis el drama donde no lo hay, ni lo ha habido jamás! ¡Solo buscáis el escándalo, panda de embusteros!”, estaba furiosa con el enfoque.
Además, en la misma entrevista que recopila este portal, Alba evidencia la buena sintonía que hay con Elena, ya que está al corriente de cómo se encuentra en este segundo embarazo. “Muy bien, no para de trabajar, estamos contentísimas. Ahora es más cansado porque ya es mamá y a la vez que cría a uno, pues…”, le salía una sonrisa al hablar de su ahijado. La única hija de Antonio Flores está encantada con sus primitos, pero por el momento descarta la idea de ampliar la familia con uno suyo. “Tampoco hay prisa. Suficiente tengo con esto”.
Como bien hemos comentado antes, Alba quiso dedicar unas palabras a su prima en el día más especial de su vida, celebrado hace tan solo medio año. Su discurso, que estableció vínculos entre el amor y la naturaleza, fue compartido por la revista de cabecera de la familia.
“Los árboles se comunican por debajo de la tierra, gracias a las raíces. Un bosque es capaz de saber cuándo hay otro árbol que necesita nutrientes y está dañado. Se van pasando lo que necesitan unos a otros. Es curioso que no lo hacen solo con los árboles de su misma especie, lo hacen con todo el bosque. De alguna manera saben cómo sanarse los unos a los otros”, contextualizaba Alba, para acto seguido establecer el aplaudido símil: “En el amor y en esos árboles deben existir paralelismos porque compartir el amor es lo más importante”.