Mael, el hijo de cinco años de Raquel del Rosario, estuvo a punto de perder la vida tras ser atacado por un puma. Todo sucedió en el jardín de su casa de California cuando, después de que el pequeño se dirigiese a ella con un "mami, voy al árbol a buscar fruta", un grito que "aún sigue resonando" en su cabeza le advirtió de lo peor: "Un puma se había avalanzado sobre él y lo hería ferozmente con sus zarpas".
En milésimas de segundo, la artista atravesó el jardín y se dispuso a golpear repetidamente al animal con sus propios puños con una fuerza que aún desconoce de dónde provenía y por la que logró quitárselo de encima. De no ser por su rapidez, por "esos milímetros que separaban la vida de la muerte", el final de esta historia habría sido el más trágico imaginable.
Inmediatamente después, al mismo tiempo que aparecía su marido Pedro Castro. Por suerte, a este pudieron esquivarle y los tres lograron entrar en casa sin más incidentes. Tras esta escena, después de advertir a los vecinos del peligro que les amenazaba, acudieron a urgencias, donde se toparon con la realidad. "Mi corazón se rompió por completo cuando le vi salir de la cirugía. Toda la fuerza que aquella mañana me había invadido se esfumó dejándome completamente indefensa ante un dolor que desconocía por completo", ha expresado en el post donde narra el suceso.
El miedo le invadió al ver las secuelas que este ataque había dejado en el cuerpo de su hijo menor. En ese momento, jamás imaginó que tres días después "saldría corriendo del hospital". O que su conclusión de todo esto se resumiría con un "mami, ya no voy a volver a por la fruta para que no se enfade el tigre" y que le dejaría un recipiente con agua en la puerta de su casa "a modo de disculpas".
Mael, "el eterno e irremediable amante de los animales", había vuelto a dejar "sin palabras" a Raquel del Rosario. Como si estuviese viviendo "una película", la vuelta a casa fue un transitar constante de "ese dolor, sintiéndolo y aceptándolo, sin huir de él". "El vecindario estaba lleno de camiones de prensa que cubrían la noticia", ha recordado. En su hogar, ya diferente, les esperaban "cartas, regalos, comida y demás detalles" por parte de los suyos. El pequeño "estaba fascinado y no paraba de contar y escenificar como había ocurrido todo". Pero la cosa no quedó aquí.
Mientras el menor se encontraba ingresado, dejando perplejo a su equipo médico por lo rápido que iban sanando sus heridas, la exvocalista de 'El sueño de Morfeo' pasó por casa para organizarse con Leo, el mayor, y preparar algunas cosas para el hospital. "En ese momento llegaron las autoridades para recoger muestras de ADN y hacerme unas preguntas. Mientras revisaban los alrededores, descubrieron que el puma seguía agazapado en mi jardín a pesar de que habían pasado varias horas", ha desvelado.
Siguiendo el protocolo que dicta la ley de California, donde hace unos años optó por formar una familia, se vieron obligados a sacrificar al puma, un desenlace que se escapó de sus deseos y que no les correspondía a ellos decidir. "Desde la ventana observé cómo el otro puma que resultó ser su hermano regresaba al jardín acompañado de su madre. Ella se posicionó junto al cuerpo sin vida de su hijo e intercambiamos una mirada de dolor que jamas olvidaré", ha recordado, haciendo una metáfora con el dolor de otra madre que también había experimentado un dolor extremo por su hijo.
"Con el corazón roto y un sinfín de sentimientos encontrados por todo lo sucedido", pensar en proteger a Leo y estar cerca de Mael pasó a ser la prioridad absoluta para Raquel del Rosario y Pedro Castro. Una nueva lección vital que les demuestra que acontecimientos como este, "que muchas veces escapan a nuestra comprensión, que nos invitan a soltar el control, nos sitúan en el ahora y nos recuerdan que nuestros hijos son un precioso préstamo de la vida, que su alma tiene su propio plan ante el que solo podemos otorgar amor y dedicación". Ese obstáculo constante que es la vida y en el que ya se curtieron cuando a su hijo mayor le diagnosticaron autismo, algo con lo que la cantante se ha convertido en un ejemplo:
Son muchas las reacciones que ha recibido el testimonio de Raquel del Rosario. La que fue nuestra representante en Eurovisión ha recibido el apoyo de otras madres vip como Helen Lindes ("Sin palabras, la fuerza del amor de una madre no tiene límites"), Sara Carbonero ("Un beso enorme, todo mi cariño") o Eva González ("El amor de una madre, su instinto de salvar y proteger, la fuerza que nos otorga la naturaleza"). También de su amiga Paula Echevarría, que ha asegurado haberse emocionado leyendo ambas publicaciones.