“El niño hada”, así decidía titular Raquel del Rosario el post del blog en el que explicaba al mundo que su hijo mayor, Leo, tiene autismo. La vocalista de ‘El sueño de Morfeo’ escribía largo y tendido sobre cómo habían diagnosticado a su pequeño el Trastorno del Espectro Autista, intentando con ello visibilizar esta condición con la mayor naturalidad y tratando de mentalizar a sus seguidores sobre el tema. Una forma muy especial de llamar a estos pequeños derivada de una conmovedora anécdota de la cantante con su particular superhéroe.
La cantante recordaba en este extenso post que hubo una “bruja buena” que una vez le dijo a Raquel que su hijo era “un niño arco iris”. Una denominación que el pequeño transformó cuando, un día, escribía algo en el móvil de su madre que el autocorrector tradujo como ‘niño hada’. De ahí esa forma de llamarle que ella ha terminado por adoptar como propia. “Y ésta es la historia del niño hada, el niño que ha venido a enseñarnos que el lenguaje del amor no entiende de palabras ni de idiomas, que existen otras formas de ver y percibir el mundo, que a menudo hay que soltar el control de las cosas para dejarlas ser, a su manera, y abrazarlas así, del modo que nos han sido dadas, agradecidos, y solo entonces descubrír el regalo que envuelven. Porque él no me eligió por casualidad”, aseguraba en su blog personal.
Igualmente, en este particular texto, la artista desmitificaba los clichés que rondan sobre este trastorno, que según apunta la Organización Mundial de la Salud afecta a un niño de cada 160. "Cuando escuchamos la palabra 'autismo' (al igual que me pasaba a mi antes de hacer mi 'doctorado particular'), todos pensamos en niños que no se sienten cómodos con más gente, que gritan en lugares públicos porque se agobian, que se valen de la agresividad para mitigar su frustración, que hacen gestos repetitivos para calmarse, que son hipersensibles a los ruidos… Y claro, nada de esto le sucede a Leo", relataba la cantante.
La intérprete de “Nunca volverá” además especificaba a los lectores que existen diferentes niveles de autismo, por lo que cada caso particular es totalmente diferente a otro. “Dentro de esto que llaman trastorno, hay varios tipos y niveles, hay personas con un grado muy bajo que pueden valerse por sí mismo perfectamente en la sociedad, y casos severos con comportamientos como los que acabo de describir. Y entre uno y otro, un inmenso abanico con un sinfín de casos diferentes”, añadía.
Raquel no es la única que ha alzado la voz y ha visibilizado esta situación. El director Alfonso Cuarón asistía a los Oscars de la mano de su hijo Olmo, al que diagnosticaban este trastorno cuando tenía poco más de dos años de edad. “Tengo un niño con esa condición y puedo decir que afortunadamente tengo los medios económicos y el acceso a especialistas”, explicaba en una de sus entrevistas, donde confirmaba que se había retirado un tiempo de su trabajo para centrarse en la salud de su niño: “Suspendí todos mis proyectos para dedicarme a mi hijo. En nuestro país casi nadie le presta atención al problema”, denunciaba.
El director de 'Roma' parece haber heredado el gusto por el arte de su padre. Le sobra creatividad y lo podemos ver en los dibujos, animaciones digitales o vídeos con técnicas ‘stop motion’ que comparte en sus redes sociales, donde cuenta con más de 40 mil seguidores. Además de aprovechar cosas que se utilizan en el día a día para subir sus grabaciones al canal de Youtube, el pequeño hace retratos como al director Guillermo del Toro.
Por su parte, Tommy Hilfiger cuenta también con dos niños con autismo. El diseñador defendía en una entrevista para el diario ‘ABC’ que la terapia es lo mejor, y que hay que acudir lo antes posible. Su mujer, Dee Ocleppo reafirmaba a su marido, explicando que no hay que dejar de luchar jamás. “Es posible que un niño con autismo pueda alcanzar metas que no se pensaban. Por eso, no hay que bajar los brazos nunca”, explicaba. Una de sus fundaciones proporciona financiación para la investigación y la concienciación de este trastorno.