"Para ellos: coches y superhéroes. Para ellas: bebés y costura", así denunciaba la actriz Leticia Dolera en Twitter el sexismo del catálogo de juguetes de Hipercor 2017. Un caso que no es aislado, a pesar de iniciativas anti sexistas que están cogiendo fuerza, como la de Toy Planet, la juguetería que desde 2014 hace catálogos igualitarios en los que niños y niñas juegan a todo indistintamente. También desde los propios gobiernos y ayuntamientos: la Junta de Andalucía o recientemente, la formación morada de Elche, Podemos Elx, promueven sus decálogos para un uso de los juegos y juguetes libre de sexismo.
· Ejemplo, ejemplo y más (buen) ejemplo
"Los niños aprenden más con lo que ven en casa que con juguetes o cuentos", dice Laura Oliveros. Y esos valores de igualdad que se transmitan es importante reforzarlos también desde el colegio o la publicidad: "Me parece más preocupante lo que pueden ver en la televisión que los juguetes en sí. Por ejemplo: ¿Por qué los anuncios de limpieza solo los protagonizan mujeres?", plantea la psicóloga. "Lo determinante es que vean que en casa cocina por igual mamá que papá, que al bebé lo cuidan ambos, que los dos toman libremente sus decisiones de si quieren trabajar o no... y miles de ejemplos como este", cuenta.
· Dejar que elijan
Los que les gusta o lo que les apetece lo eligen ellos, no los padres. Esta lección se la tienen bien aprendida algunos vips, como Adele o Charlize Theron, que visten a sus hijos como Anna y Elsa de Frozen, simplemente porque se lo piden. Y en sentido contrario también ha de ser así, explica la psicóloga: "Hay que tener en cuenta los deseos del niñ@, tampoco porque forcemos las cosas vamos a conseguir que entiendan qué es la igualdad. No son los juguetes los que van a resolver los problemas. Si una niña hace su lista de regalos y solo hay muñecas y cocinitas, podemos sugerir otro juguete diferente pero si no quiere, no pasa nada. Igual si un niño solo pide coches y balones. Vuelvo a lo dicho antes, lo importante es lo que se ve en casa". Una manera de sugerir que elijan los juguetes sin tener en cuenta el sexo es con catálogos igualitarios".
· Jugar con ellos puede ser la clave
"Lo primero es que los padres saquen tiempo de verdad para jugar con los hijos y en familia. Una forma muy útil es intercambiar los roles mientras se juega. O dejar que una vez sea el niñ@ quien elija el juego que quiera y a la siguiente ocasión, el padre o la madre elige algo diferente para que los niñ@s prueben cosas distintas. Si hay hermanos y son de diferentes sexos, fenomenal porque unas veces se jugará a lo que diga la hermana y otras a lo que diga el hermano, es bueno que compartan sus juguetes", cuenta Laura Oliveros.
· Juguetes que sí y juguetes que no
Aunque, como explica la psicóloga, más que en el juguete, el asunto está en la educación, los propios juegos y juguetes también pueden cumplir esa función educativa. Los que promueven la cooperación y compartir espacios (sobre todo los domésticos) o los que incluyen a niños y niñas en sus dinámicas, son mejores. Se deben evitar los de contenido violento y elegir siempre respetando la diversidad (entender que no hay juguetes de niño o niña, así como tampoco colores para cada género). Así lo recoge la campaña de la Junta de Andalucía por el juego y el juguete no sexista, no violento.
Algunas marcas que han apostado por este concepto anti sexista son GoldieBox (juegos para que también las niñas quieran ser ingenieras), los cuentos Antiprincesas (el final feliz no consiste en casarse con un príncipe), Wonderplay (cocinitas que "no son para varones o nenas" y apuestan por el juego compartido) o Sopa de príncipe y sus muñecos libres de marcas genéricas.