Hace unas semanas, Màxim Huerta decidió compartir con sus seguidores el cada vez más frágil estado de salud de su padre. En él, agradecía los mensajes de apoyo mientras mostraba la lucha de su padre contra la enfermedad. Pero fue durante el verano de 2016 cuando escribió una emocionante carta pública que hoy cobra más sentido que nunca.
"La vida no avisa. Nunca. En alguno de aquellos bares de carretera, el hombre de bigote y camión aparcado en la cuneta sigue bebiendo cervezas, fumando puros y echando unos duros a una máquina tragaperras. Sigue volviendo a casa a la hora de la cena y sigue firmando las notas del colegio como padre de familia. El hombre que hoy se duerme frente a mí es distinto. Es otro. Yo, también", relataba en el antes mencionado artículo para El Español.