El mundo de la cultura ha perdido a uno de sus iconos. Lucía Bosé ha muerto a los 89 años a causa de una neumonía. Así lo ha confirmado la SER tras hablar con fuentes allegadas a la familia, que no podrá despedirse presencialmente de su matriarca por el estado de alarma que tiene paralizado el país.
Miguel Bosé, rostro visible del clan formado por sus hijos, nietos y bisnietos a través de las redes sociales. Lo ha hecho con una foto de la actriz asomada a la puerta de su casa de Brieva, en Segovia, donde vivió sus últimos años. Aquí puedes leer la entrevista que la artista concedió a Divinity.es.
“Queridos amigos”, empieza su post. “Os comunico que mi madre Lucía Bosé acaba de fallecer. Ya está en el mejor de los sitios”, ha escrito. Ante estas palabras, el artista ha recibido centenares de mensajes de apoyo de compañeros, amigos y anónimos.
Poco antes de la muerte de Lucía Bosé, su hijo hacía un alegato a través de su Instagram en pro de la responsabilidad ciudadana bajo el hashtag #YoMeQuedoEnCasa. Lo hacía con un post en el que mostraba un Madrid vacío, imágenes que le provocaban “dolor.y frustración” por “todo lo que hay detrás” de esta estampa.
“Desde el sufrimiento de las familias hasta el esfuerzo solidario de los profesionales del orden público y hospitalario”, apuntaba con indignación, deseando “ver el fin de tanto pesar” lo antes posible.
Sus palabras, que terminaba animando a la ciudadanía con palabras como “fuerza y aguante”, terminaban augurando que “lo peor está aún por llegar”. “Estoy con todos y cada uno de vosotros”, comunicaba a sus más de 700 mil seguidores en Instagram.
La distancia ha marcado la relación madre e hijo. Hasta hace unos meses, mientras Lucía hacía de Brieza su residencia definitiva, donde convivió durante temporadas con sus hijas Paola y Lucía Dominguín, Miguel se encontraba a miles de kilómetros. Primero vivió en Panamá y, tras su convulso divorcio de Nacho Palau, se instaló en México.
Aunque en estos últimos años habían firmado una tregua, no siempre fue fácil el entendimiento entre Miguel y Lucía, que estuvieron años sin dirigirse la palabra por desavenencias personales. La actriz italiana siempre entonó el mea culpa, asumiendo que fue una madre distante y poco cariñosa.
Consciente de los recelos de su hijo por hablar de su vida personal, la mamma tomó una decisión en sus últimas entrevistas: “Yo soy Lucía Bosé, de la madre de Miguel Bosé olvidaos, estoy aquí para hablar de mí”.