Georgie Dann, el rey de la canción del verano, ha fallecido a los 81 años en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid durante una operación de cadera, según ha adelantado el periódico 'El Mundo'. Nacido en París en el seno de una familia de artistas, Georges Mayer Dahan -así era su verdadero nombre-, se formó durante nueve años en un conservatorio, donde aprendió a tocar el clarinete, el saxo y el acordeón. Sus inicios en el mundo de la música estuvieron marcados por el jazz, pero el cantante conoció la gloria gracias a sus melodías de chiringo y piscina que, hoy en día, siguen animando el cotarro en todo tipo de celebraciones. No hay persona en nuestro país que no haya bailado o tarareado -al menos una vez en su vida- ‘La barbacoa’, ‘El bimbó’ o ‘El negro no puede’.

Corría el año 1974 cuando el hombre de la sonrisa perenne se instaló en la capital de nuestro país, donde se enamoró de una de las componentes de su imprescindible ballet: la barcelonesa Emilia García, con quien contrajo nupcias ese mismo año. Emy había trabajado anteriormente como gogó en las boîtes de Barcelona, como Lord Black, pero acabó por alejarse de este ambiente cuando empezaron a enturbiar la esencia de la profesión.

Con ella tuvo tres hijos, dos de los cuales -Paul y Patricia- quisieron seguir sus pasos en la música, formando el dúo pop rock Calle París. Desde niños amaban la música (Georgie siempre presumía que su hijo había aprendido a tocar instrumentos casi de forma autodidacta), pero no fue hasta su juventud -ella con 26 y él con 21- cuando decidieron probar suerte con la publicación de su primer álbum (‘Palabras secretas’).

“No tenemos nada que ver con nuestro padre a nivel música y queremos darnos a conocer por nuestro trabajo”, declaraba Paul en plena promoción de este disco (2008). Ambos quisieron hacerse un hueco en esta profesión sin apoyarse en la popularidad de su padre, que estaba encantado con el resultado de su proyecto. "Cuando tocábamos de bar en bar nuestro padre nos decía que estábamos locos, pero ahora es el que más orgulloso está de que hayamos preferido partir de cero", aseguraban.

“No son hijos de”, recalcaba el propio Georgie, que apoyaba a sus vástagos junto a su mujer Emy, que era la que más temía por su futuro: “Nos dice que para ganar, hay que arriesgar. ¡Pobre! Sufre bastante por nosotros, por cómo está la música”, reconocían. Pero ellos no se dejaban llevar por esta sensación: “Está difícil, pero es una vocación y no puedes ponerle cerco”. Actualmente, Patricia tiene 38 años y Paul 33 y ambos estudiaron Comunicación Audiovisual. El tercer hermano, en cambio, ha permanecido siempre en el anonimato y es el más desconocido para el público.