Tamara Gorro reivindica que su hijo Antonio se pinte las uñas: "Sinceramente, ¿es algo malo?"
La influencer se ha quedado impactada por las reacciones a una foto de su hijo Antonio con las uñas pintadas
Indignada por el hecho de que esto siga generando debate, Tamara Gorro ha sido clara en sus stories de Instagram
Estos últimos días, un story de Tamara Gorro generó más comentarios de lo habitual. "No negativos", más bien todo lo contrario. Pero esta actividad anormal le hizo reflexionar. En él, la influencer nos hacía partícipes del plan casero del que había disfrutado con sus dos hijos. Hasta ahí nada nuevo si eres un asiduo a su día a día en Instagram. Lo que llamó la atención a parte de su público fue que Antonio, el pequeño de la casa, decidiese pintarse las uñas y 'copiar' a su hermana Shaila.
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"Me sigue llamando la atención que mucha gente me diga: 'Jo, qué bien Tamara, gracias por dar normalidad a que el niño se pinte las uñas", ha planteado con naturalidad desde esta red social. "Sinceramente, ¿es algo malo?", ha preguntado en alto, impresionada por el número de reacciones que ha tenido este gesto entre parte de su público. "Yo me estaba pintando las uñas esta mañana, Shaila también, y Antonio me dijo: 'Mami, ¿me las puedo pintar yo también?' Yo le dije: 'Pues claro", ha explicado. "Al principio las quería rosas, de hecho, al final eligió el blanco".
Su perplejidad viene de atrás. Para entender esta actitud de la Gorro debemos recordar lo que sucedió hace unos meses cuando compartió varios vídeos en los que Antonio, que este diciembre cumplirá cuatro años, aparecía correteando por casa con unos tacones puestos. "Pues así todo el día, los lleva mejor que yo", comentó orgullosa sin esperar la retahíla de mensajes que tendría que leer después.
La reivindicación de Tamara Gorro ante las críticas por que su hijo Antonio se ponga tacones
"¿En serio queda gente en este mundo que tenga la mente tan retorcida como para prohibir a un niño o a una niña jugar con muñecas o con coches?", reivindicó al verbalizar que, tanto para ella como para su marido Ezequiel Garay, "los juguetes no tienen género". Indignada, la #mamámolona quiso hacer hincapié, al igual que en esta ocasión, en "que se deje a los niños ser libres, que sean ellos los que decidan con qué jugar y que lo único que te preocupe sea su felicidad, porque su felicidad es la tuya".
Un discurso sobre el que, al ver cómo el impacto se ha repetido con esta foto de las uñas pintadas de Antonio, ha insistido. "Esa es nuestra labor como padres. Mientras no hagan nada malo, ya está. Si tu hijo o tu hija se quiere pintar las uñas y es feliz, adelante", ha manifestado con rotundidad.