"Isabella ha estado concentrada en su trabajo y no da ninguna importancia a los padres que tiene. Algunos de sus compañeros de trabajo ni siquiera lo saben", aseguró una fuente al periódico 'The Sun'. Ya habíamos podido ver su pasión por los (radicales) cambios de 'look' y los tintes: desfilado, media melena, rapado, estilo pixie... ¡incluso se rapó para celebrar su 21 cumpleaños!
Sin embargo, la hija del ex matrimonio mantiene una vida alejada de los medios y del glamour que rodea a sus padres. Cuando su padre todavía estaba casado con Katie Holmes, Isabella trabajó en su empresa, 'Holmes & Yang': "Es una artista y ama el trabajo. Va a las diferentes fábricas donde verifica y se asegura de obtener las ropas correctas", explicaba Tom en una entrevista a la revista 'People'.
Desde que se mudó a Inglaterra para estudiar en una conocida escuela de arte, Isabella (quien eligió residir junto a Tom tras el divorcio de sus padres en 2001) ha ido distanciándose progresivamente de la cienciología, de la que su famoso padre siempre ha sido un fiel seguidor. Un distanciamiento que también podría haber llegado tras su ruptura con Eddie Frencher, que también pertenecía a dicha religión. "Ahora tiene un círculo mucho más amplio de amigos y ha expandido sus horizontes", añadió el informante al periódico 'The Sun'.
En la capital inglesa la hemos visto descubrir la ciudad a bordo de una bicicleta junto a su hermano Connor, de 19 años. Los dos hijos que adoptaron Tom y Nicole durante su matrimonio mantienen una estrecha relación. En más de una ocasión Connor, que está triunfando como DJ, ha compartido fotos disfrutando de planes junto a su hermana.
La relación de ambos con su madre se convirtió recientemente en el centro de la atención mediática después de que no viajaran a Sídney para acudir al funeral del padre de Nicole, Antony Kidman, quien falleció de un ataque al corazón a principios del pasado mes de septiembre.