No es demasiado habitual que sobre la alfombra roja del Festival de Cannes desfilen dos estrellas de la talla de Michael Douglas y Catherine Zeta Jones y alguien consiga robarles todas las miradas, pero eso es precisamente lo que sucede cada vez que les acompaña su hija Carys, la más pequeña de los dos que tiene el matrimonio.
La conocimos desde que nació hace 20 años, gracias a la fama que sus padres tienen juntos y por separado, y ha crecido para convertirse en una joven que parece haber heredado la belleza y el estilo de ambos. También parte de su talento, porque sus planes parecen ser seguir los pasos de sus padres en el mundo de la interpretación.
El Festival de Cannes fue la última vez que pudimos ver al matrimonio desfilando junto a su hija menor. Se trataba de una edición especial, pues Michael era galardonado con la Palma de Honor, un reconocimiento a su carrera que ninguna de las mujeres de su vida quisieron perderse.
Carys siempre ha mostrado una gran admiración por sus padres, en concreto hacia su madre, a quien considera un referente en muchos aspectos. Hace años, cuando parecía que encaminaría sus pasos hacia el mundo de la moda, no dudaba en asegurar que “mi madre es un icono de la moda para mí. Siempre miro a través de su armario”.
Claro que esto puede ser porque no tenía demasiado claro a qué se dedicaba su padre, durante su infancia no supo que era actor hasta que se mudaron a Nueva York, antes pensaba que se dedicaba a cocinar tortitas. Esta mudanza lo cambió todo y la joven fue consciente de la presión de los fotógrafos, que les seguían a todas partes.
Esto es pasado y ahora parece que su futuro se encamina más hacia el mundo de la interpretación, aunque de momento está estudiando en la Universidad de Brown. Allí comenzó a estudiar Ciencias Políticas, carrera en la que se graduó su hermano Dylan, pero finalmente parece que su amor por la moda ha podido más, según asegura Le Figaro.
De pequeña participó en algunas obras de teatro y musicales en el colegio, pero parece que con el tiempo su afición se ha ido convirtiendo en vocación, algo en lo que su madre siempre le ha apoyado, elogiando públicamente el talento de su hija. De momento Carys ha probado suerte tras las cámaras y también delante, canta y toca el piano, y según dijo su madre en una entrevista, lo hace muy bien.
Catherine y Michael saben bien lo mucho que cuesta hacerse un hueco en el mundo de la interpretación y parece que ahora será la pequeña del clan la que pelee por conseguir hacerse un nombre. Algo que para su padre no fue nada sencillo, siendo hijo de una estrella de Hollywood y una gran actriz de teatro. “El Oscar significaba que había salido de la sombra de mi padre. Además, era el reconocimiento de mis compañeros”, confesó durante uno de los encuentros que mantuvo con la prensa en Cannes.