Marta se ha convertido en la cara más visible de la familia Ortega, convertida en la heredera del imperio construido por su padre. Ella es la tercera hija del empresario, la única que tuvo con Flora Pérez, su segunda esposa.
Ortega es una mujer discreta, que intenta mantener su vida personal en privado, salvo en las contadas ocasiones en las que conseguirlo es inevitable, como durante su primera boda, con el jinete Sergio Álvarez, o durante la segunda, con Carlos Torretta. Esto puede haberlo aprendido de su madre, Flora Pérez, quien siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano.
La vida de Flora parecía que sería como la de tantas jóvenes, pero todo cambió cuando conoció a Amancio Ortega. Ella creció en el barrio obrero de Los Castros, en A Coruña, junto a sus padres y sus siete hermanos. De su madre aprendió el oficio de costurera, tal vez una señal de que su vida estaría ligada al mundo de la moda.
Comenzó su andadura en Zara como dependienta en el local que la firma de moda tenía en la calle Torreiro, allí ejerció también como encargada. Cuando comenzó su relación con Amancio, este todavía estaba casado con Rosalía Mera, su primera esposa y madre de sus dos hijos mayores (el varón tiene una grave parálisis cerebral).
El interés entre Flora y Amancio era algo evidente, de hecho se intentó separar a la pareja destinando a Flora a la tienda de Zara en Vigo, sin embargo, nada puedo hacerse, estaban destinados a estar juntos y así terminó sucediendo. Esto no quiere decir que el desarrollo de su relación fuera sencillo.
El nacimiento de Marta en 1984 lo cambió todo y precipitó las cosas, mientras el divorcio se hacía efectivo, madre e hija vivieron solas en Vigo, hasta que finalmente Amancio y Rosalía llegaban a un discreto acuerdo que convertía a Rosalía en una de las mujeres más ricas de España. Una vez disuelto su matrimonio, la familia se instaló en A Coruña.
Flora se casó con Amancio en 2001, también pasó a formar parte del negocio familiar, entrando en el consejo de Inditex, del que a lo largo de los años también han formado parte algunos de sus familiares. Según cuentan quienes la conocen, es una mujer a la que le gusta mantener los pies en la tierra, en su vida y también en los negocios.
Se la considera uno de los pilares fundamentales de la vida de Amancio, dentro de casa y también fuera, pues se suele decir de ella que es el poder en la sombra. Pasean juntos del brazo y siempre se muestran cariñosos, según señalan quienes pasan tiempo con ellos, se refiere a su marido como ‘cariño’ o ‘mi amor’.
Le gusta hacerse cargo de las tareas domésticas y jugar a las cartas, no es amiga de hacer ostentaciones ni de lucir grandes marcas. Se la considera una mujer sencilla, elegante y educada.