Aitana: "En estos últimos meses he estado triste, y lo estoy"
Aitana ha sido galardonada con el premio 'Music' en los Bazaar Women of the Year 2024
La artista ha dado un discurso en el que ha revelado que lleva unos meses triste y que ha tenido "un bajón emocional"
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Aitana ha vuelto a Madrid tras dos meses viviendo en Estados Unidos para acudir a la entrega de Premios Bazaar Women of the Year 2024. Galardonada en música por su labor dentro y fuera del escenario, la artista ha dado un emocionante discurso en el que ha querido hablar de la importancia de la salud mental y de su situación personal. "Necesitaba un descansito, me he notado que tenía que parar un poco. Estoy yendo mucho al psicólogo, muchísimo, más que nunca, estoy yendo dos o tres veces por semana. Y estoy entrenando muchísimo. Me puse enferma antes de venirme, he estado con 40 de fiebre, pero no pude entrenar. Ahora estoy cuidándome bastante", comentaba con los compañeros de Europa Press antes de entrar en la gala.
Subida al escenario, la artista ha comenzado diciendo que la realidad es que "no se puede estar bien siempre, no se puede ser siempre feliz" y es imposible tener una vida perfecta. Aitana cree que muchas veces son referentes de los más jóvenes y, por tanto, responsables de ser un buen modelo para ellas, las mujeres. "Nuestra mejor voluntad puede volverse en nuestra contra, lo que es peor, en contra de ellas. Yo estoy muy feliz por este premio de música y lo soy en este momento por todo lo que me rodea aquí. Estoy muy agradecida por la vida que tengo, por las personas que me rodean y el cariño. Eso no impide que muchas veces esté triste", confesaba.
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El discurso íntegro de Aitana
"En estos últimos meses he estado triste y lo estoy. He tenido un bajón emocional que desde fuera puede parecer incomprensible porque lo tengo todo y es cierto, pero las personas no somos lo que tenemos, sino quiénes somos, qué nos sucede y cómo reaccionamos ante ello. Y por mucho que nos guste pensar que tenemos el control, a menudo no lo tenemos y nos derrumbamos.
He tenido un bajón emocional que desde fuera puede parecer incomprensible
Y sé lo que es eso, y sé el miedo a decirlo porque parece que no hay espacio para la vulnerabilidad dentro del empoderamiento, pero estoy aprendiendo que el valor se demuestra poniéndolo a prueba en las batallas cotidianas - pequeñas o grandes - que enfrentamos y no diluirlas o ignorarlas. Detrás de una muralla todas nos mostramos seguras e invencibles, pero si queremos ser fuertes y valientes, tenemos que salir de ella y mirar nuestros problemas de cara. Si la vida nos avisara antes de golpearnos nos encontraría preparadas, pero no es así. A eso se le suman unas pequeñas circunstancias que todos hemos experimentado alguna vez: inseguridades, desafíos profesionales y también personales, cambios de última hora que en mi caso afectan a muchas personas de mi entorno laboral, sustos de salud que por suerte son falsas alarmas... todo se va convirtiendo en una montaña que, a veces, cuesta escalar.
No quiero barrerla debajo de la alfombra y decir que estoy bien cuando, en realidad, a veces no lo estoy porque la salud mental es tan importante como al física. Si me rompo una pierna no pasa nada, pero si se me parte el alma o no estoy bien, como a todos nos pasa alguna vez, mostrarlo es mostrarse débil o vulnerable y avergonzada.
Al final, ¿cómo no vamos a estar tristes? No hay más que ver todo lo que ha salido estos días en los medios, casos evidentes en los que la vergüenza que sentimos las mujeres nos impide expresar el dolor que sentimos o que hemos sentido. Heridas que infligidas a menudo por otros y también por algunas circunstancias que nos superan permiten que se perpetúen comportamientos que son tóxicos, nocivos y asquerosos. Yo solo quería decir hoy aquí que todas las heridas deben curarse las que se ven y las que no se ven. Está bien contar lo que te pasa ya sea hoy, ayer o hace tres años. Y, también, no tener miedo a decir quién te ha hecho daño o qué te ha hecho daño. No ocultemos nuestro dolor cuando sea invisible como nos han enseñado que hay que hacer, porque todas las heridas que no son tratadas lo único que conseguimos es que empeores, nos infecten y salimos peor paradas. Compartirlo es el modo más responsable y efectivo para acabar con esta plaga".
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