Michael Jackson fallecía en junio de 2009 como consecuencia de una sobredosis, dejando a sus espaldas un legado de himnos como Thriller, Billie Jean o Beat It. También en lo personal, el artista había llegado a construir una familia con el nacimiento de sus tres hijos: Prince, que llegó al mundo en 1997; Paris Katherine, que lo hacía solo un año después del anterior; y Prince Michael Jackson II, apodado como Blanket y que puso el broche de oro al árbol genealógico en 2002.

A pesar de la muerte del músico, son varias las ocasiones en las que los focos han acaparado la vida privada de sus descendientes y que ahora han llevado a la segunda de ellos, de 26 años, a desvelar su grave adicción a las drogas y el alcohol.

A través de sus redes sociales, donde acumula más de cinco millones de seguidores, Paris ha compartido una publicación en la que se ha sincerado acerca del complicado episodio al que ha hecho frente en los últimos tiempos: “Hola, soy PK [Paris Katherine] y soy alcohólica y adicta a la heroína”, ha comenzado escribiendo la hija de Michael Jackson. Sin embargo, inmediatamente la misma ha desvelado que se cumplen “cinco años limpia y sobria de todas las drogas y el alcohol”.

Tras su sorprendente confesión, la segunda hija del cantante ha querido hacer un balance acerca de lo que ha supuesto para ella poder recuperarse y evitar el consumo de las sustancias que ha nombrado: “Decir que estoy agradecido sería un mal eufemismo. La gratitud apenas araña la superficie. Es porque estoy sobrio que hoy puedo sonreír”, ha asegurado.

Ahora, ha recalcado las nuevas oportunidades que ha podido experimentar después de haber conseguido tratar de forma satisfactoria sus adicciones, lanzando a su vez un mensaje de esperanza a los que, como ella, atraviesan una situación similar: “Tengo la oportunidad de hacer música. Tengo la oportunidad de experimentar la alegría de amar a mis perros y gatos. Puedo sentir el corazón roto y todo es gloria. Puedo llorar. Puedo reírme. Puedo bailar. Puedo confiar. Siento el sol en mi piel y hace calor”, ha continuado relatando.

Además de descubrir que “la vida sigue sucediendo independientemente de si estás sobrio o no”, la artista ha agradecido la “oportunidad de presentarse” y ha añadido junto a sus palabras unos “pequeños instantes de lo que ha sido posible gracias a la sobriedad”: “Dios mío, no puedo creer que casi me lo pierdo todo. Gracias”, ha concluido frente a las imágenes en las que aparece bebiendo, fumando, entre lágrimas e incluso mostrando las insignias recibidas por los logros en el tiempo, las cuales dan paso a los felices momentos que ha podido disfrutar desde que tomara la decisión de desintoxicarse.

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