La princesa Leonor ya se encuentra inmersa en su formación como guardiamarina a bordo del Juan Sebastián Elcano, el buque escuela en el que su padre Felipe VI, su abuelo y su bisabuelo se formaron a su misma edad en el pasado. Aunque los miembros de la Casa Real no han sido los únicos que han estado a bordo de este histórico navío: el reconocido chef José Andrés y Colate Vallejo-Nágera también vivieron una etapa muy importante de sus vidas allí: "Tuve dos navegaciones de más de 32 días sin pisar tierra", explica Colate.

El chef José Andrés sabe muy bien cómo será la vida de la princesa Leonor en el Juan Sebastián Elcano ya que él también subió a bordo del buque para completar una larga travesía hace más de 35 años. José Andrés se encontraba en aquel momento realizando su servicio militar y tuvo la oportunidad de subir al barco para dedicarse a su auténtica pasión, la cocina. "Fue un antes y un después en mi vida", reveló el chef.

"Yo no era un chico que pudiese aprender de las formas más tradicionales. Empecé a cocinar muy joven y lo mejor que me pudo pasar en la vida fue que me tocó el servicio militar en la Armada. Tuve la gran suerte de poder servir a muchos americanos. Diría que lo poco que haya conseguido en la vida se lo debo en gran parte todo a lo que aprendí en la Armada. Respeto, el honor, el sacrificio, el ayudar siempre al prójimo", siguió comentando en un vídeo para la Armada sobre su experiencia en Elcano, donde volvió a zarpar en 2019 para realizar un emocionante viaje de cinco días de Cádiz a Marín.

Cuando el chef volvió a subir al barco, donde guarda tanto recuerdos de sus inicios en la cocina y de su juventud, no pudo evitar emocionarse y convertirse en uno de los viajes más significativos de su vida. "Cuando veía al comandante hablar o veía ciertos momentos, me entraban ganas de llorar y solté más de una lágrima. El poder haber participado otra vez, ayudando un poquito en la cocina o en las maniobras, o compartiendo un rato agradable en el del barco con todos vosotros, me trajo muchos recuerdos de ese momento que me cambió la vida".

El solidario chef fundador de la ONG World Central Kitchen, que también fue premio Princesa de Asturias, que ahora se encuentra ayudando a las víctimas de los incendios de Los Ángeles y antes ayudó a la víctimas de la DANA de Valencia, también quiso comentar la importancia de la relación con sus compañeros abordo de Elcano y lo vital que es contar con un apoyo en los momentos de flaqueza: "Saber que vas a tener un compañero siempre a tu derecha, a tu izquierda, que te va a ayudar en momentos de flaqueza, sobre todo cuando estás en las maniobras y te faltan las fuerzas o en ese momento que porque estás muchos meses fuera de casa, tienes momentos tristes y donde siempre vas a tener a alguien que te va a estar dando apoyo y va a intentar alegrarte el día".

Quien también sabe a la perfección cómo es la vida abordo del Juan Sebastián Elcano es Colate Vallejo-Nágera. El hermano de Samantha fue otro de los afortunados en subir a este emblemático buque escuela para completar su servicio militar donde vivió una de las experiencias más enriquecedoras de su vida. El día de la que princesa Leonor zarpó en Elcano, Colate compartió un emotivo post en sus redes sociales empatizando ella y recordando cómo fue aquel día para él: "Será una de las mejores experiencias en la vida de Leonor", aseguró Colate.

Además, Colate Vallejo-Nágera habló en el programa 'Socialité' donde contó más detalles sobre cómo era su día a día en su viaje abordo de este buque: "Yo lloraba como una magdalena, ese momento es una angustia porque te vas a lo desconocido, me ha sorprendido la entereza de la princesa y de los reyes. Al principio, empiezas a convivir en un espacio muy reducido, bastante peligroso y en constante movimiento. Te tienes que conocer y te tienes que aguantar porque si tienes un problema con alguien...".

En su entrevista, también quiso hablar sobre las clases sociales que existían dentro del barco: "En el buque hay clases sociales, yo estaba abajo del todo. Nosotros tuvimos dos navegaciones de más de 32 días sin pisar tierra. Se comía muy bien los primeros días porque venía comida fresca, pero al final la comida se vuelve muy escasa, en polvo, latas… En el poco espacio que tenías para guardar las cosas, yo guardaba algunos víveres para darte un gustito de vez en cuando. Para mí fue la mejor experiencia de mi vida, también la más difícil, donde peor lo pasé, súper duro. Trabajas, no tienes tiempo libre, estás todo el tiempo trabajando".

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