Su trabajo como reportera en El Informal, programa presentado por Javier Capitán y Florentino Fernández, hizo que todo el mundo conociera a Inma del Moral, una joven divertida y dicharachera, con muchas ganas de hacer las cosas bien y divertirse haciéndolo. Después de varios años de trabajo en la televisión y como actriz, Inma decidió alejarse de este mundo y emprender un nuevo camino, que le ha llevado a vivir una vida más anónima, pero igualmente gratificante. 

Nacida en Madrid el 3 de abril de 1974, Inma del Moral fue durante varios años un rostro imprescindible en las pantallas de televisión de todos los españoles. Se convirtió en toda una estrella gracias a su labor como reportera en El Informal, una etapa de su vida que coincidió con su romance con Pedro Ruiz. Después, tras dejar ese trabajo y ser sustituida por Patricia Conde, participó en otros formatos televisivos, como La noche de los errores o La guerra de los mandos. 

Además de como reportera, presentadora y colaboradora, Inma también probó suerte como actriz, participando en varias películas y también algunas series míticas de televisión, como Hospital Central o 7 vidas. Uno de sus últimos proyectos fue en la serie Cuéntame cómo pasó. Mantenerse en este mundo no es sencillo, por lo que no es extraño que con el paso del tiempo tomara la decisión de alejarse y dejar un poco apartada su carrera como presentadora, actriz y modelo para comenzar una nueva vida. 

Ahora de vez en cuando acude a algún programa de televisión, como Pasapalabra, pero lo cierto es que parece haber encontrado la felicidad en su casa en el pueblo y junto a su familia. “He dejado un poco apartada mi faceta artística y estoy metida de cabeza en la farmacia... Cosas muy diversas, pero la verdad que muy contenta. Aprendiendo un montón”, explicaba durante una de sus escasas apariciones, precisamente en el concurso del famoso rosco. 

Ella ha contado que no es demasiado amiga de alfombras rojas y fiestas, por lo que es poco probable encontrarla en una de ellas. Sí que es posible encontrarla en su casa, donde tiene su propio huerto y disfruta de la naturaleza que la rodea. Allí vive con su marido, el operador de cámara Juan Herrera, y su hijo Tomás. 

Centrada en llevar una vida tranquila, conectada con la naturaleza y en la que los pequeños detalles son importantes, Inma ha contado en alguna ocasión que prepara su propia leche de almendras o soja, algo que hace porque cuida su alimentación. Inma es celiaca, lo que hace que no pueda comer cualquier cosa, y de su experiencia habló en el libro Vivir sin gluten. 

Sus redes sociales no están demasiado activas, a pesar de ello cuenta con más de 30.000 seguidores en su cuenta de Instagram, que parecen encantados de compartir junto a ella los detalles de su jardín o algunos de sus viajes y reflexiones. Pasados los 50, parece que Inma del Moral hace tiempo que encontró su lugar.

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