La muerte de la duquesa de Alba fue un duro golpe para todos aquellos que la conocían y la querían. En vida fue una mujer muy querida, por el pueblo, pero también por su entorno, que siempre la arropó y apoyó en sus decisiones, aunque a veces les costara un poco más porque no llegaban a comprenderlas, como su boda con Alfonso Diez, el hombre con quien compartió los últimos años de su vida. 

De las personas de su entorno siempre se destacó algunas amistades, pero también la buena relación que mantuvo con algunas de sus nueras, durante el tiempo que lo fueron, pero también después. De María Eugenia Fernández de Castro siempre se dijo que era una de sus favoritas y así lo demostró el tiempo, pues ambas mujeres compartieron muchos momentos de complicidad. 

María Eugenia se convirtió en compañera de viajes de Cayetana incluso después de su divorcio de Jacobo Fitz-James Stuart, con quien tuvo dos hijos, Jacobo y Brianda. 

María Eugenia Fernández de Castro y el conde de Siruela se casaron en noviembre de 1980, en el Palacio de Liria, mismo lugar en el que comprometieron. La pareja estuvo casada durante 18 años, en los que vivieron una vida discreta, aunque con cierta presencia mediática. 

Jacobo encontraba de nuevo el amor y rehacía su vida casándose con la periodista Inka Martí. María Eugenia también se enamoraba de nuevo y en 2003 comenzaba una relación con Guillermo Gaspar y Pardo de Andrade. Su vida cambiaba mucho, sobre todo cuando decidió abandonar Madrid e instalarse en Comillas. Volver a la capital no era una opción para ella, ni siquiera tras poner a la venta el palacete de Comillas en 2015. 

Esta casa se le había quedado grande, tal y como ella misma explicó, y su intención era comprar una nueva vivienda que se ajustara a sus necesidades. En Comillas encontró también su destino profesional, después de pasar toda la vida trabajando, incluso publicando artículos y entrevistas en medios de comunicación. 

Allí abrió una tienda en la que abrió una tienda, Alma-Zen, donde venden productos de belleza, moda, decoración y desván. En 2022 saltó la noticia de que su hija colaboraría con ella con sus ilustraciones. Los hijos de María Eugenia parecen haber heredado esa inquietud artística de la familia paterna, que también habían sido aficionados a la pintura. Brianda contó en alguna ocasión que su abuelo paterno, Fernando, ilustraba cuentos de su propia creación para sus hijos.

Tras la muerte de la duquesa de Alba, María Eugenia no lo pasó nada bien, fue un momento de gran tristeza para ella, una mujer que formó parte de su vida y que fue muy importante para ella. El tiempo, por suerte, todo lo cura (o por lo menos lo calma) y María Eugenia ha continuado con su vida en Comillas, haciendo lo que le gusta y disfrutando de tiempo de calidad con sus hijos y nietos.

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