Ser una actriz de éxito y madre a la vez, en algunas ocasiones, puede hacerse complicado. La conciliación en el mundo de la interpretación es especialmente dura; viajes largos a otros países, rodajes interminables y, en definitiva, mucho tiempo alejado de la familia. Aún así, son muchos de nuestras actrices que no dejan pasar la oportunidad de experimentar la experiencia de ser madre. Y sino que se lo digan a Sandra Bullock.

La americana ha intentado llevar la maternidad lo mejor posible, compaginándola con su exhausta actividad en Hollywood. Lo cierto es que en estos últimos años, la actriz ha encontrado cierta estabilidad de la que no gozaba en estos últimos tiempos, ganando en equilibrio familiar y en felicidad amorosa.

Fue en el año 2010 cuando Sandra vivió uno de los momentos más especiales de su carrera como actriz; recibió el Óscar por su interpretación en la película Un sueño imposible. Además, tampoco podía pedir más en su plano más personal, ya que ese mismo año llegó a su vida el pequeño Louis.

Unas semanas antes, ella había dedicado su premio a su marido, Jesse James, pero pronto hicieron llegar a la prensa dos comunicados. En uno de ellos, Jesse admitía que le había sido infiel a Bullock y que se sentía muy arrepentido por lo ocurrido. Así, la vida familiar que, probablemente, Sandra había idealizado, junto a su hijo Louis, a quien adoptó, y su marido, se rompía en mil pedazos.

Así, tras la traumática ruptura, la actriz pasó mucho tiempo centrada en su pequeño y en su trabajo. Además, dada su exitosa experiencia en el mundo de la maternidad no dudó en adoptar a otro hijo. Laila llegó a su vida en el año 2015. Ese mismo verano, la americana conoció al fotógrafo, Bryan Randall, de quien se enamoró perdidamente.

El flechazo llegó en la boda de Jennifer Aniston y Justin Theroux y la química incrementó cuando Randall le hizo varios retratos al pequeño Louis. Además, poco tiempo después ambos se fueron a vivir juntos y Sandra encontró en Bryan el apoyo que le había faltado con su ex marido, sobre todo en la crianza de sus hijos.

Quienes conocen a la pareja dicen de ellos que son “almas gemelas” y que Randall se ha volcado totalmente en la educación de Louis y Laila. Pronto el fotógrafo adoptó el papel de figura paterna y se volcó en cuerpo y alma con los pequeños. “Para los niños, él es el número uno y yo soy el número dos y lo entiendo porque es más divertido que yo y siempre les da los mejores premios”, confesó la actriz en una entrevista.